Audioslave llevó el rock estadounidense al malecón habanero

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Autor: Cooperativa.cl

La banda del ex vocalista de Soundgarden Chris Cornell llenó de música la Tribuna Antiimperialista José Martí, punto de encuentro para las protestas cubanas contra Estados Unidos.

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Cerca de 50.000 personas asistieron la noche del viernes 6 de mayo al primer concierto al aire libre de una banda estadounidense en Cuba. Un recital que contó con la aprobación tanto de Washington como del régimen comunista de Fidel Castro.

 

La Tribuna Antiimperialista José Martí, que hace cinco años fue construida para realizar protestar masivas contra Estados Unidos, fue el escenario escogido para la presentación de la banda liderada por Chris Cornell, ex vocalista de Soungarden, que escogió la capital cubana para iniciar la gira promocional de su más último disco "Out of exile", que los llevará a otras ciudades de Latinoamérica.

 

El viernes, sin embargo, los discursos estuvieron ausentes en el malecón habanero, y sólo se escuchó el sonido del rock, una de las principales exportaciones de Estados Unidos, país con el cual el régimen cubano mantiene conflictos ideológicos por más de cuatro décadas.

 

Como "una multitud arrolladora y perseverante", describió a los asistentes al recital el diario gubernamental cubano Juventud Rebelde, que destacó que "el auditorio, conformado en su mayoría por jóvenes, esperó hasta el último tema, y no se cansó de aplaudirlos".

 

Parlantes gigantes fueron ubicados a lo largo del malecón habanero para lo que Audioslave había anunciado sería el más ruidoso y extenso concierto alguna vez escuchado en Cuba.

 

"Todo tiene que ver con la música", expresó el vocalista de la banda, Chris Cornell, cuando se le preguntó si existía un mensaje político detrás de la visita a la isla centroamericana.

 

"Es excitante tocar música en un lugar donde las bandas estadounidenses no han tocado", expresó, "y es extraordinario ser el primer grupo estadounidense en venir y tocar un poco de ruidosa música rock, y se trata de eso".

 

Cuba en el pasado miró con sospecha a la música rock. Muchos de los que pensaban asistir al recital del viernes recordaron cuando en las décadas de 1960 y 1970 tener el pelo largo o poseer un disco de The Beatles era considerado casi contra revolucionario.

 

Pero los tiempos han cambiado. La Havana ahora posee incluso una estatua en honor a John Lennon; y Fidel castro estuvo en primera fila cuando se presentó hace cuatro años la banda británica Manic Street Preachers.

 

Quizás la mayor sorpresa de este concierto fue la aprobación de Estados Unidos, que bajo el mandato de George W. Bush ha disminuido su intercambio cultural con la isla.

 

Los organizadores tienen su teoría para las aprobaciones de parte de las autoridades y piensan que ambos Gobiernos pensaron que esta era una buena oportunidad para acercarse a la juventud cubana. (Agencias)

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