Selección chilena sumó un nuevo fracaso y quedó fuera del Mundial 2006

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Autor: Cooperativa.cl

El fútbol chileno sumó una nueva decepción que se hilvanó bajo la soberbia de Juvenal Olmos, el mal momento de los jugadores, la falta de líderes y el escaso funcionamiento mostrado bajo la batuta de Nelson Acosta.

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El empate 0-0 de Chile ante Ecuador fue simplemente el corolario para una campaña desastrosa, que estuvo marcada por el mal funcionamiento colectivo e individual de los jugadores nacionales, que agregaron al largo historial de derrotas una nueva decepción al quedar fuera de la máxima fiesta del balompié mundial por segunda vez consecutiva.

 

Desorganización, falta de liderazgo y errores tácticos y futbolísticos se transformaron en una constante a lo largo de estos tres años de competencia, y mientras Brasiul, Argentina, Ecuador y Paraguay celebran una nueva clasificación, Chile deberá mirar la Copa del Mundo de Alemania 2006 por televisión.

 

Después del bullado último lugar conseguido en las clasificatorias para el Mundial de Corea del Sur-Japón 2002, este proceso aparecía como la oportunidad perfecta para reivindicarse.

 

Las esperanzas se centraron en el técnico Juvenal Olmos, quien llegó a Quillín precedido de una ascendente carrera que incluía un título con Universidad Católica.

 

Olmos, entrenador joven, pecó de arrogancia y con un discurso innovador, pero ininteligible, intentó sacar adelante el proceso, acuñando el concepto del "nuevo camarín".

 

"Vamos a tratar de buscar con este 'nuevo camarín' hacer una nueva historia", dijo Olmos.

 

La savia joven se representaba en Mauricio Pinilla y Mark González y el comienzo fue auspicioso. En su debut como técnico, el 30 de marzo de 2003 Chile derrotó por 2-0 a Perú en el Estadio Nacional con goles de Milovan Mirosevic y el mismo Pinilla, quien, emulando a Marcelo Salas, anotó en su debut con la camiseta roja.

 

Pero los escépticos a la verborrea de Olmos encontraron eco en el segundo partido del entrenador: Chile cayó por 0-3 en el duelo de vuelta ante los peruanos. Los amistosos posteriores dejaron más dudas que certezas y comenzaron a verse algunos "favoritos" de Olmos.

 

Junto a ello, el técnico sumaba detractores por su estilo parco y por su inexplicable visión del fútbol.

 

El inicio de las clasificatorias

 

Chile debutaba ante Argentina y las dudas cayeron sobre el combinado nacional, sin embargo, en un partido atípico, el cuadro nacional levantó un 0-2 y se robó un punto desde el Monumental de Buenos Aires en medio de las pifias que cayeron sobre el representativo local.

 

El 6 de septiembre de 2003, Pablo Aimar y Cristián "Kily" González adelantaron al cuadro albiceleste en el primer tiempo, pero el ingreso de Pinilla y Jorge Acuña le cambiaron el rostro al cuadro nacional, que logró el empate 2-2 con tantos de Mirosevic y Reinaldo Navia.

 

El ánimo le permitió a Chile estrenarse en el Estadio Nacional ante un gran marco de público frente a Perú, pero ello no sirvió para que el cuadro nacional mostrará un gran fútbol. Pinilla abrió la cuenta, pero el coloso de Ñuñoa enmudeció con el empate de Andrés Mendoza.

 

Nuevamente un cambio con tino le permitió a Chile sumar tres puntos. Ingresó Arturo Norambuena y con un perfecto cabezazo le dio al cuadro rojo el primer triunfo.

 

Las dudas crecen

 

Con cuatro puntos, Chile se instaló entre los líderes de las clasificatorias y el 15 de noviembre de 2003 viajó a Uruguay con la opción de aprovechar el mal inicio de los charrúas, sin embargo, después de ir ganando por 1-0 con gol de Rodrigo Meléndez, el cuado local reaccionó y con tantos de Javier Chevantón y Adrián Romero acabó con el invicto nacional.

 

El esquema conservador de Olmos generó dudas, las cuales crecieron tres días después con la derrota chilena ante Paraguay en el Estadio Nacional gracias a un gol de Esteban Paredes.

 

En el duelo ante los guaraníes, el entrenador fue fuertemente cuestionado por incluir a Marco González en lugar de Meléndez con el fin de igualar el cabezazo de los paraguayos.

 

Chile toma aire como forastero

 

Después de enredar tres puntos ante Paraguay, Chile tuvo dos partidos como visitante y tras su paso por La Paz y San Cristóbal, volvió con seis puntos que le permitieron meterse nuevamente en la lucha por un cupo mundialista.

 

El 30 de marzo de 2004, el cuadro nacional aprovechó sus escasas complicaciones para jugar en la altura y derrotó por 2-0 al cuadro de Bolivia con goles de Moisés Villarroel y Mark González. Ese partido fue el último de Nelson Acosta al mando de la selección altilpánica y el debut de Marcelo Salas en este proceso clasificatorio.

 

"Todos sabemos lo que Marcelo trasciende, lo que significa para esta selección... gracias a Dios lo agarramos en un buen momento. Eso quedó graficado en el partido, es muy importante como futbolista y persona para el grupo", comentó el zaguero Rafael Olarra en La Paz.

 

Claro que la presencia del ariete nacional fue apenas relevante a lo largo del proceso y de hecho ante Venezuela, el ariete no estuvo por un desgarro.

 

El 1 de junio, Chile se desplazó a Venezuela para jugar con la crecida selección local y con tanto de Mauricio Pinilla, Chile sumó tres nuevos puntos.

 

Con el equipo nacional luchando por una posibilidad cierta de llegar a Alemania, el 6 de junio vino la visita de Brasil y ante los campeones mundiales, el cuadro de Olmos realizó uno de sus mejores partidos.

 

Con un constante martillar sobre el pórtico de Dida, Chile presionó por todos lados al scratch, pero eso no bastó porque Luis Fabiano puso en ventaja a los monarcas y sólo a dos minutos del final, Reinaldo Navia decretó el empate 1-1.

 

El comienzo de la debacle

 

Tras la igualdad con los brasileños, vino el comienzo del fin de la "era Olmos" y por supuesto del "nuevo camarín". Los malos resultados fueron sepultando la suerte del técnico y al desgaste que sufrió la relación con Reinaldo Sánchez y con varios jugadores puso la lápida.

 

El 5 de septiembre, Chile igualó sin goles con Colombia en Ñuñoa y a los 59 minutos sacó a David Pizarro, lo que provocó la ira del mediocampista porteño, quien las emprendió públicamente contra Olmos, quien lo excluyo de la nómina de los duelos ante Ecuador y Argentina.

 

Pizarro mantuvo su postura de enojo y antes de retornar a Italia acrecentó el quiebre con el técnico. "Para las próximas convocatorias voy a pensarlo una y dos veces antes de venir", dijo el mediocampista.

 

Además el técnico se defendió de sus decisiones: "Curiosamente siempre caemos en lo mismo: se gana y es de todos y si se empata o se pierde es del técnico. Es algo lógico en nosotros", fue la explicación de Juvenal Olmos tras el empate sin goles de Chile.

 

Con Salas a media máquina y sin Pizarro, Chile a lo largo de todo el proceso careció de un líder significativo. Los más nostálgicos recordaban la clasificatoria para Francia y rememoraban como ante la ausencia de Iván Zamorano, surgía la figura del "Matador" o la estampa de Javier Margas.

 

Pero nada de eso había en el nuevo plantel. La juventud de algunos, la escasa valía internacional de otros y la mala relación de Olmos con el resto de los futbolistas (a Luis Jiménez lo llamaba para dejarlo fuera del banco de suplentes) se sumó al pésimo momento futbolístico.

 

Chile se desplazó a Quito y con un esquema timorato y mostrando un pésimo rendimiento, cayó por 0-2 el 10 de octubre. La derrota caló hondo, pero el equipo demostró su irregularidad, puesto que sólo tres días después el equipo nacional empató 0-0 ante Argentina jugando mucho mejor que la escuadra albiceleste.

 

El siguiente rival fue ante Perú y nuevamente Olmos optó por un esquema defensivo. Con gol de Sebastián González, Chile cayó por 1-2 en Lima el 17 de noviembre y nuevamente enredó puntos ante un rival directo en la lucha por un cupo.

 

Cada partido se tornaba de "vida o muerte" y el 26 de marzo de 2005, ante Uruguay se dio un nuevo paso a la tumba al empatar 1-1 en Santiago, gracias a la igualdad conseguida por Mirosevic.

 

Paraguay aprovechó otro esquema sin ideas y venció por 2-1 en Asunción el 30 de marzo. El descuento de Chile fue obra de Mauricio Pinilla, a esa altura el único delantero chileno capaz de vulnerar las vallas rivales.

 

Y llegó el despido de Olmos. Sánchez, en una irrisoria decisión lo sacó de la banca nacional por no respetar una orden: acudir a una reunión en Viña del Mar. Increíblemente no se trató de una decisión futbolística.

 

"Creo que no da para más la situación. Primero, hay una versión cambiada. Siempre dije que cuando Juvenal nos faltara el respeto hasta ahí nomás llegaba su carrera", dijo Sánchez para aclarar el despido, ocurrido el 22 de abril de 2005.

 

"No hay ninguna posibilidad de que Olmos se quede", sentenció.

 

La simpleza de Acosta rinde frutos

 

Ante el incendio y la obligación de sumar puntos en los últimos cinco partidos, el técnico Nelson Acosta dejo Cobreloa y llegó para vestirse de "bombero".

 

"Si no creyera que puedo dar una mano no habría aceptado. Es complicado, pero hay que ganar los partidos en casa para seguir luchando. Yo sé que la gente nos acompañará por sobre los nombres porque hay todo un país atrás de esto", dijo Acosta al asumir.

 

Atrás quedó el discurso engorroso de Olmos y las risas del uruguayo se agrandaron en su debut, pues Chile derrotó a Bolivia por 3-1 en el Estadio Nacional.

 

Para Chile, Luis Fuentes se matriculó con dos tantos y en una jornada histórica, Salas se transformó en el goleador histórico del fútbol chileno al marcar su diana 35 con la camiseta nacional.

 

"Ser goleador histórico es un objetivo importante. Yo estoy tranquilo. No siento rencor, pero recuerdo que había gente que decía, hasta tres días antes del partido, que debía retirarme, que no debía venir. Pero jugué bien, hice un gol y fui un aporte, aunque eso no le guste a mucha gente", declaró tras su récord.

 

Las esperanzas reflotaban en un mar de dudas, pero Venezuela también sucumbió en Santiago (2-1) y se inclinó ante los dos goles de Luis Jiménez, quien por fin tuvo su opción con Acosta en la banca.

 

La lápida

 

Después de los seis puntos conseguidos en Santiago, Chile tenía la obligación de sumar unidades como visitante. La primera estación fue Brasil el 4 de septiembre de 2005 y las escasas esperanzas de robarle algún punto a los pentacampeones se esfumó en medio de errores defensivos.

 

La poderosa escuadra de Carlos Parreira batió por 5-0 a Chile y condicionó un triunfo ante Colombia en Barranquilla. Chile tuvo sus opciones, pero con gol Ricardo Rojas debió conformarse con un empate 1-1, el sábado 8 de octubre, lo que condicionó un triunfo ante Ecuador para buscar el repechaje.

 

En Santiago, el equipo de Acosta mostró, al igual que a lo largo de toda la campaña, un errático funcionamiento y terminó empatando sin goles ante el conjunto ecuatoriano tres días después.

 

Chile quedó por segunda vez consecutiva fuera de un Mundial. Lo más probable es que nuevamente se hablará un proceso de cara a Sudáfrica 2010 y también de buscar nuevas figuras, nuevos dirigentes. Un cuento viejo, con resultado conocido. (Cooperativa.cl)

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