La premiada cinta ya lleva más de 2 millones de espectadores en Argentina.
Narra uno de los más cruentos casos post dictadura ocurridos en ese país.
El director Pablo Trapero y Guillermo Francella realizaron un concienzudo trabajo para emular los rasgos psicopáticos, manipuladores y fríos de Arquímides Puccio.
Uno de los casos reales más siniestros de la dictadura trasandina es el que muestra la película "El Clan", que ha sorprendido enormemente a nivel internacional no solo por lo potente de la historia real que cuenta, sino también por su estricta calidad fílmica.
La cinta dirigida por Pablo Trapero se centra en la historia de la familia Puccio, un grupo de familiares que, liderados por el padre, Arquímides Puccio, se dedicaron a secuestrar conocidos adinerados para pedir rescate, recién terminada la dictadura argentina, entre 1982 y 1985.
Puccio había sido parte del Batallón de Inteligencia 601 e integrante de la Alianza Anticomunista Argentina. Había sido un "hotelero", el hombre que escondía en su casa a las victimas de secuestros durante la dictadura, y por eso contaba aún en democracia con la protección total de los militares. Cuando el "trabajo" se acabó, aunque tenían dos negocios propios, en medio de la crisis económica de esos años decidió comenzar los secuestros, llegando a raptar en su hogar a dos personas, matándolos una vez pagado el rescate. Un tercero murió al tratar de resistirse al rapto y la última sobrevivió gracias al actuar de la policía.
En esta retorcida misión, Puccio involucró a varios miembros de su familia en la tarea: sus hijos mayores, Alejando y Daniel (lo llamaban "Maguila"), y su esposa, Epifanía. Su hijo de 13 años Guillermo se daba cuenta con horror de lo que pasaba y las otras dos hijas, Silvia y Adriana, permanecían ignorantes del drama que se desarrollaba en su casa.
En el papel del siniestro, manipulador y duro Arquímides Puccio de la cinta "El Clan" está Guillermo Francella, quien conversó con Cooperativa sobre su rol. "Es uno de los personajes más oscuros que me tocó interpretar, con toda esta carga emotiva de saber que estaba realizando algo basado en la historia real. Un caso emblemático policial de la república argentina. Fue un desafío muy grande, fue un cambio absoluto. Fue duro, no fue sencillo".
Incredulidad
Siendo joven Francella vivía en el barrio de San Isidro, el "barrio alto" de Buenos Aires y como tal ubicaba a los Puccio. "Muchísimo, fue un caso que me marcó mucho, yo vivía en esa zona, a poquitas cuadras. Y fue un caso tan importante, tan grande acá, que nadie podía creer lo que había ocurrido, todos creían que eran otros los culpables y que ellos eran inocentes, fue terrible, fue algo que me marcó. Y cuando pasaron 30 años me llama Trapero para hacer nada más y nada menos que a Arquímides Puccio, fue movilizante para mi".
Las razones de la incredulidad de los argentinos las explica también Francella: "por la vida de esta gente: la madre era docente, la chica era universitaria, la otra niña era escolar, los varones eran deportistas pero deportistas de rugby. Era exitoso en un club emblemático de rugby, Alejandro había llegado a la selección nacional. Afables, socialmente educados, respetuosos, tenían una rotisería, vendían la milanesa con el puré a la gente todos los días. Después pusieron una casa de windsur, era 'cómo puede ser que esta familia haya sido una banda de secuestradores".
Según lo describen sus biógrafos, quienes lo conocieron y los testimonios que salieron a la luz en el juicio, Arquímides Puccio era un hombre frío, ambicioso y sin ningún marco moral ni humanitario. Nunca reconoció lo que hizo, pese a que fue condenado a cadena perpetua.
Quién tampoco aceptó su participación ni mostró arrepentimiento fue su hijo Alejandro (interpretado por Peter Lanzani en la película), que también fue condenado a cadena perpetua.
Guillermo Francella cuenta sobre la repulsión que le causaron ambos personajes. "Uno no tiene ningún tipo de comunión con estos seres y obviamente que me generó una carga emocional. Uno está en las antípodas de poder justificarlos, entonces trabajar y ponerse en la piel de estos chacales, sencilla no es la tarea".
Conocido por un actor muy querido en Argentina por sus roles cómicos, en series como "Casado con Hijos" o "Poné a Francelka" y películas como "Rudo y Cursi" y "El secreto de sus ojos", Guillermo Francella reconoce que interpretar el rol de Arquímides le costó un arduo trabajo junto al director Pablo Trapero. La idea era encarnar de forma perfecta la frialdad y crueldad que caracterizaban a Puccio.
Justicia insuficiente
Aunque los principales responsables de los delitos del clan Puccio, Arquímides y Alejandro, fueron condenados a cadena perpetua, salieron en libertad condicional luego de cierto tiempo, por un cambio en la ley argentina. Guillermo Francella considera que la justicia aplicada no fue suficiente.
"No, cómo va a ser suficiente, nada fue suficiente. Yo cuando lo vi a Arquímides en la pampa, libre, un viejo arrogante, negando los crímenes, sin ningún signo de arrepentimiento, fue vomitivo para mí. Todos quedaron libres. La justicia, ya ves lo que es, que el dos por uno, que el beneficio de la duda, que la edad, que el viejito, que el arresto domiciliario, siempre hay un motivo, pero no es a perpetuidad. Están caminando por la calle. Maguila anda por acá cerca", asegura el actor. De hecho, Daniel Puccio volvió a Argentina una vez prescrito su crimen y se presentó en los tribunales para hacer valer la ley al respecto, quedando libre de todos los cargos.
Historia oscura e impactante, "El Clan" ya está en cartelera en nuestro país.
Revisa acá la entrevista completa con Guillermo Francella, sobre su juventud, su visión de la dictadura argentina, sus planes de dirigir y su inolvidable encuentro con Fidel Castro.
