La ex rostro televisivo reaccionó a los testimonios que Valeria y Martín Ruiz han entregado a los medios.
La ex rostro televisivo reapareció y con más polémica. Pilar Cox acudió este martes hasta la 19° Comisaría de Carabineros, ubicada en Miguel Claro, Providencia.
Tenía una misión: recuperar sus pertenencias, las que quedaron abandonadas después de su controvertido desalojo desde un hostal en el Barrio Italia. El episodio detonó que dos de los tres hijos de Cox, Valeria y Martín, describieran en distintos medios una compleja situación de salud que atravesaba su madre, a propósito de su bipolaridad y alcoholismo.
De acuerdo con LUN, a su llegada a la comisaría, Cox indicó que "mis hijos son mi orgullo. Me contaron que Martín apareció en un matinal (compartió cuatro horas con La Mañana de Chilevisión). ¿Viste como habla? Yo lo eduqué, pues. Él es muy correcto, un gentleman".
Al ser consultada por la forma en que sus hijos la describieron, Pilar desmintió las palabras de sus retoños: "eso está alejado de la realidad".
Si bien no quiso ahondar en el tema, la mujer de 55 años posteriormente cayó en otra polémica con Carabineros, al intentar recuperar sus cosas.
"Ustedes tienen mis cosas confiscadas de forma ilegal, todas mis cosas, mi ropa que los encargados del hostal tiraron a la calle. Además, quiero hablar por los moretones que tengo en todo mi cuerpo producto del procedimiento que usaron en mi contra para sacarme del hostal", fueron sus palabras para cuestionar a un sargento que se encontraba en el lugar.
La mayor de Carabineros, María Trinidad Pascual, describió que "ella viene a ver la posibilidad de que le devuelvan sus cosas parte del equipaje que dejó en la calle frente a la comisaría".
"Nosotros decidimos esperar un tiempo prudente para que ella viniera a retirarlas y las guardamos antes de mandarlas al juzgado de policía local de Ñuñoa", añadió.
Finalmente, Pilar Cox se negó a recibir las pertenencias, que fueron guardadas en bolsas de plástico, porque ella consideró que era "indigno". No se llevó nada.
Luego se dirigió nuevamente al Alma Hostal argumentando que quería recuperar otras cosas que se le quedaron. Allí se encontró con el dueño del recinto, Álvaro Díaz, quien le entregó una boleta por 120 mil pesos, después de que ella pagó con un cheque.
Pilar Cox partió sin rumbo o paradero conocido. Se negó a revelar su destino, aunque advirtió que "vivo en hoteles, porque me gusta vivir en hoteles".
