El sujeto fue inyectado en la cárcel pero no encontraron una vena.
Ahora pide que su sentencia sea revocada.
Doyle Lee Hamm, un preso condenado a muerte en Alabama, EE.UU., decidió demandar al estado luego que su ejecución no tuviera los resultados esperados. Según informó CNN, el sujeto incluso pidió que revocaran su sentencia.
Lee Hamm fue sometido a una inyección letal, pero los trabajadores de la prisión no pudieron encontrar una vena, por lo que todo resultó en horas de varios pinchazos a su cuerpo y una experiencia que sus abogados calificaron como "tortura".
Finalmente suspendieron el proceso cuando se acabó el tiempo estipulado.
El hombre de 61 años fue condenado a muerte por asesinar al recepcionista de un motel durante un atraco en 1987 y sería ejecutado en febrero, pero todo salió mal.
Lee Hamm fue diagnosticado con cáncer en 2014 y, de acuerdo con sus abogados, el tratamiento de la enfermedad debilitó sus venas.
Los defensores del reo afirman que "su sentencia de muerte ahora es anti-constitucional, cruel, innecesariamente dolorosa y lenta".
