Polémica ha generado en España la difusión de una circular interna del Metro de Madrid que insta a sus trabajadores a vigilar a "homosexuales, músicos, mendigos, pedigüeños y vendedores".
El escrito, difundido por la Cadena SER, fue entregado entre la noche del martes y la mañana del miércoles a los "revisores" del Metro, especificando las líneas asignadas a cada grupo, y llamaba a exigir sus boletos a los miembros de los grupos mencionados.
La comunicación indicaba además los puntos donde debían poner especial atención los trabajadores. Por ejemplo, el tramo de la Línea 2 entre las estaciones Sol y Las Rosas, respecto de "músicos, mendigos y gais".
Tras conocerse el documento para la opinión pública la empresa lamentó su existencia y anunció "una investigación para ver quién lo ha elaborado y difundido y depurar responsabilidades", y adoptar "medidas disciplinarias".
"La compañía no tiene conocimiento ni ha dado su consentimiento para que se redacte un documento en estos términos. Desde Metro de Madrid se rechazan este tipo de expresiones, que nada tienen que ver la compañía", dijo un portavoz de la firma que aseguró que "en ningún caso" es una circular oficial.
La investigación interna ya logró identificar al trabajador que redactó el documento, pero sigue abierta, pues "fuentes de la compañía aseguran que (...) no creen que redactase esas indicaciones por iniciativa propia, y por tanto buscan a la persona que le pudo dar el visto bueno", informó SER.
Sindicato rechaza órdenes "inquisitoriales"
En esa misma línea el sindicato de la empresa emitió un comunicado en el que exige que se determinen las responsabilidades del caso. "Los trabajadores de los grupos de intervención no son integrantes de ninguna secta inquisitorial, y menos guardianes de comportamientos decorosos más oscuros y sin libertad", manifestaron.
La orden interna "es una práctica que creíamos olvidada y perteneciente a épocas pretéritas y sin libertad", agrega la declaración, que exige la "retirada inmediata" de las instrucciones, que atribuyen a "la dirección de Metro de Madrid".
Finalmente, pidieron que que "nunca más, bajo ninguna circunstancia, se utilice este lenguaje tan ultrajante y denigrante para designar a nadie. Todos somos personas y en unos casos elegimos una opción y en otros la vida no nos deja más opciones para sobrevivir que ser un pedigüeño", manifestaron los trabajadores.
Teófilo Piñuelas, responsable del sindicato, declaró a la misma emisora que los trabajadores de Metro "controlan a cualquiera que defraude (el pago del pasaje) y no van a discriminar por sexo o religión, sería inconstitucional".
"No comprendo por qué se da a entender que los homosexuales no pagan el billete y piden que se vigile a estas personas. ¿Y por qué no a los altos, a los rubios o a los que lleven gafas?", criticó el dirigente.
