Patrice Vergon ya había atacado anteriormente a otra octogenaria.
"No soy un violador, nunca paso al acto", justificó ante la justicia gala.
El incidente ocurrió en la ciudad de Belfort.
Un fetichista de 54 años identificado como Patrice Vergon fue condenado a 18 meses de prisión por introducirse a la fuerza en casa de una anciana de 85 años en la ciudad de Belfort, en el noroeste de Francia, para acariciarle, olerle y lamerle los pies.
La mujer -que no se presentó a la audiencia judicial- contó a través de la Fiscalía que había sido víctima de "violencia psicológica" por parte de Vergon, quien tiene antecedentes por agresión sexual, según informó este miércoles la edición digital del diario L'Est Républicain.
Los hechos acontecieron en la madrugada del 16 al 17 de abril, cuando el agresor, alcoholizado y bajo los efectos de medicamentos ansiolíticos, llamó insistentemente al timbre del domicilio de la octogenaria, a la que tenía previamente localizada.
La mujer abrió la ventana de la cocina y Vergon se introdujo a la fuerza en la casa, evitó que su víctima alcanzara el teléfono y la obligó a dirigirse a su dormitorio, donde se dedicó a oler, lamer y acariciar sus pies.
La víctima, sofocada, convenció a su agresor para que le facilitara un inhalador y aprovechó un descuido de éste para pulsar el botón de alarma de su teléfono y alertar a su familia.
El asaltante escapó entonces llevándose consigo un par de zapatos de la anciana. Al día siguiente telefoneó a su víctima para disculparse, pero fue detenido horas más tarde.
Obsesión de larga data
"No soy un violador, nunca paso al acto", dijo ante el tribunal Vergon, quien afirmó sentirse aliviado tras confesar "su verdadera naturaleza".
Cuando los agentes detuvieron al agresor en su casa los zapatos estaban hechos pedazos para -según el testimonio del condenado ante el tribunal- poder "verlos y sentirlos mejor".
Su abogado, Leonardo Giagnolini, dijo al tribunal que dos años antes su cliente había comenzado a comprar videos pornográficos de carácter fetichista, aunque su "obsesión" por los pies de las personas mayores había comenzado cuando solo tenía 10 años de edad.
La Fiscalía solicitó dos años de cárcel, que la sentencia rebajó a un año y medio. La pena se sumará a una de 18 meses pendiente de cumplimiento por agredir sexualmente a otra mujer octogenaria.
