Un tribunal vio una relación entre el suicidio y el estrés que le causó evacuar la zona del desastre nuclear de 2011.
TEPCO tendrá que pagar 15.200 millones de yenes en daños a la familia de Fumio Okubo.
TEPCO ya tuvo que compensar a familiares de otros dos residentes que se quitaron la vida.
Un tribunal japonés ordenó este martes al operador de la central nuclear de Fukushima que compense a los familiares de un hombre de 102 años que se suicidó ante la perspectiva de ser evacuado tras el desastre nuclear de 2011.
Tokyo Electric Power (TEPCO) tendrá que pagar 15.200 millones de yenes (cerca de 84.500 millones de pesos) en daños a la familia de Fumio Okubo, según la agencia japonesa Kyodo.
Okubo, la persona más mayor del pueblo de Iitate, a 30 kilómetros de la central de Fukushima Daiichi, se quitó la vida en su habitación el 12 de abril de 2011, un día después de que se diera a conocer la noticia de que el gobierno nipón estaba listo para emitir una orden de evacuación en esa zona.
Un tribunal de Fukushima reconoció una relación entre el suicidio del hombre y la orden de evacuación por el estrés que le causó, después de que este dejó una nota a sus familiares en la que escribía que "se sentía muy mayor para seguir viviendo", según medios locales.
TEPCO ya tuvo que compensar a familiares de otros dos residentes que se quitaron la vida después de tener que abandonar sus hogares.
Tras el accidente nuclear desencadenado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, las autoridades japonesas establecieron zonas de evacuación obligatoria y áreas de acceso restringido en torno a la central de Fukushima Daiichi, en función de los niveles de radioactividad detectados.
Desde entonces, las autoridades han reabierto paulatinamente estas zonas, tras completar tareas de limpieza y descontaminación radioactiva, aunque muy pocos de los desplazados han querido regresar a sus antiguos hogares por miedo a que persista la radiación.
En el caso de Iitate, la orden de evacuación fue levantada para la mayor parte de la ciudad en marzo de 2017, después de que las tareas de descontaminación ayudaran a reducir el nivel de radioactividad y actualmente residen allí 41 personas, según el censo de mayo de 2017.
