¿Qué armas se están usando en el conflicto en Gaza?

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Autor: Cooperativa.cl

Israelíes y Hamas están lejos de tener el mismo poderío.

No obstante, ambos son capaces de colocar una tremenda presión sobre el otro.

¿Qué armas se están usando en el conflicto en Gaza?
 EFE
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El enfrentamiento entre el ejército israelí y el ala armada de Hamas y otros grupos palestinos en la Franja de Gaza es un conflicto asimétrico de siempre. Los dos bandos están lejos de tener el mismo poderío, pero sin embargo, ambos son capaces de colocar una tremenda presión sobre el otro.

Inevitablemente, el balance de víctimas de uno y otro lado también es asimétrico.

El número de muertos entre los palestinos asciende conforme se intensifica la campaña aérea israelí.

La Franja de Gaza es un área relativamente pequeña y, en su mayor parte, densamente poblada.

Israel alega que una proporción significativa de la infraestructura de Hamas está ubicada en zonas civiles.

La Fuerza de Defensa Israelí (IDF, por sus siglas en inglés) dice que pone mucho cuidado en fijar los objetivos para reducir al mínimo las víctimas civiles, pero hay aspectos controvertidos en su política de selección de blancos como por ejemplo la decisión de atacar casas de conocidos comandantes militares palestinos, condenada también por grupos de derechos humanos israelíes.

La extraordinaria práctica por parte israelí de llamar a los residentes para advertirles que abandonen las casas antes de cualquier ataque no altera el hecho de que ha habido muertos.

Así las cosas, ¿qué recursos está utilizando cada bando en este conflicto? ¿Están embarcados en un ciclo de violencia que hace cada vez más probable una guerra terrestre?

Arsenal de cohetes palestinos

Hamas y otros grupos palestinos más radicales de la Franja de Gaza han acumulado un arsenal de cohetes básicos que con el paso del tiempo han aumentado su rango de acción.

Este es un factor importante. Ninguno de ellos es especialmente sofisticado.

La mayoría de estas armas provienen de tecnología de la época soviética y son cohetes de artillería diseñados para disparar en cortinas de fuego más que individualmente.

Algunos fueron introducidos como contrabando a través de túneles desde el Sinaí y otros son elaborados en talleres de la Franja de Gaza, si bien muchos de ellos todavía incluyen piezas claves que dependen de componentes procedentes de Irán o Siria importados clandestinamente por los mismos túneles o por otros medios.

Los sistemas de menor alcance incluyen morteros pesados y cohetes Grad y Qassam que cubren hasta 48km y 17km respectivamente.

Estos cohetes amenazan pueblos y ciudades del sur de Israel, como Siderot, Ashkelon e incluso Beersheba y el puerto de Ashdod.

Los palestinos cuentan además con el cohete de mayor alcance Fajr-5, a veces también conocido como M75.

Puede alcanzar hasta 75km, con lo que supone una amenaza para centros muy poblados como Tel Aviv y Jerusalén.

Pero el uso del Fajr-5 implica graves problemas prácticos. Es pesado y bastante grande –algunos tienen hasta seis metros de altura. Requiere un manejo mecánico y necesita ser preposicionado en lugares de lanzamiento ocultos y camuflados para evitar ser localizados por los ojos de los aviones no tripulados -drones- israelíes.

Una novedad en este último conflicto es el aparente uso por parte palestina de un sistema de mayor alcance, que se cree es un misil de fabricación siria, el Khaibar-1.

Este fue utilizado por primera vez a inicios de mes y tiene un alcance de hasta 160km que pone a tiro la ciudad costera de Haifa, en el norte de Israel. Un arma que a veces aparece en los reportajes mediáticos con la marca M-302 tiene un alcance similar.

La distancia aquí es crucial: poner a la población de las principales ciudades israelíes bajo amenaza, por muy imprecisa que sea el arma, causa enormes trastornos y miedo.

Coloca además presión significativa sobre el gobierno israelí, algo que funciona en ambas direcciones, de una manera para hacer que el conflicto se intensifique pero al mismo tiempo como recordatorio del costo potencial de un conflicto eterno.

El problema para Hamas y otros grupos armados palestinos es su capacidad limitada para sostener este tipo de operaciones.

Fuentes de inteligencia israelíes sugieren que los grupos palestinos tienen varios miles de cohetes de corto alcance pero que, como mucho, tienen en sus reservas unos cientos de sistemas de mayor alcance.

Los líderes palestinos también tienen en cuenta el hecho de que el nuevo gobierno de Egipto ha adoptado pasos para cerrar muchos de los túneles entre la Franja de Gaza y el Sinaí, dificultando el suministro futuro de misiles y componentes.

Los combatientes palestinos no son completamente pasivos.

Tienen planes de defensa claramente bien desarrollados para intentar impedir una incursión israelí en el terreno.

Hay una infraestructura subterránea elaborada y han estudiado cuidadosamente las prácticas operativas israelíes de anteriores enfrentamientos.

De manera limitada, los palestinos han buscado la forma de montar sus propios operativos terrestres, por ejemplo para evadir a la marina israelí o la introducción de un pequeño equipo de infiltrados en la costa israelí. Fueron rápidamente descubiertos e interceptados.

La potencia aérea israelí y el Domo de Hierro

La respuesta israelí al aumento del disparo de cohetes desde Gaza ha sido de naturaleza tanto defensiva como ofensiva.

Todo el abanico de la fuerza aérea israelí ha sido empleado en una serie de ataques en escalada constante contra plataformas de lanzamiento de cohetes, almacenes de armas y elementos de mando de Hamas y otros grupos.

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Hasta ahora esto no ha detenido el disparo de cohetes palestinos pero ha incrementado el número de víctimas mortales.

Los ataques no han sido tan intensos como en la primera fase de la última escalada de violencia en noviembre de 2012.

Tan importantes para determinar el posicionamiento estratégico de Israel son sus operaciones ofensivas como la confianza que deposita en su protección contra misiles, el sistema Domo de Hierro (Iron Dome), que emplea para defender a su población civil.

Si hubiera un número importante de víctimas mortales israelíes a causa del impacto de un cohete palestino en una ciudad, casi inevitablemente se daría una operación terrestre. El Domo de Hierro no puede interceptar cada misil.

Las baterías están hechas de misiles interceptores, radares y sistemas de comando que analizan dónde pueden caer los cohetes enemigos y sólo interceptan aquellos que están dirigidos hacia áreas civiles.

A fecha de hoy, por ejemplo, la IDF dice que 255 cohetes impactaron contra Israel desde el inicio de la operación. Sólo 71 fueron interceptados por el Iron Dome.

Israel guarda datos detallados sobre el desempeño del Domo de Hierro con mucho rigor. Su uso en el pasado abrió el debate entre los expertos sobre su aparentemente extraordinaria tasa de éxito.

Pero más allá de los datos básicos, las pruebas de su uso sugieren que tiene gran capacidad para evitar víctimas israelíes.

¿Hacia dónde irá el conflicto?

Si continúa el lanzamiento de cohetes desde Gaza, también seguirán los ataques aéreos israelíes, y el número de muertos palestinos ascenderá.

Habrá crecientes críticas a Israel desde el exterior –el país puso ya en marcha una suerte de ofensiva diplomática para explicar su punto de vista– pero, una vez más, si el lanzamiento de cohetes no se detiene, muchos de sus amigos y aliados se darán cuenta de la presión en la que se encuentra el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Hamas también se encuentra bajo una enorme presión.

Su mala relación con Egipto, sus problemas financieros, el desmantelamiento de gran parte de su infraestructura en Cisjordania... todo ello se traduce en su peculiar aislamiento.

Sus comandantes militares parecen creer que hay algo que ganar de una nueva demostración de "resistencia" frente a Israel.

Paradójicamente, la debilidad de Hamas es un problema también para Israel.

No puede barrer a Hamas por mucho que algunos en el ala más conservadora de Israel quisieran que ello ocurriera.

La alternativa a un gobierno de Hamas puede ser una anarquía con grupos extremistas yihadistas haciéndose con el control y otros combatientes llegando desde el Sinaí.

Eso no sería beneficioso para la seguridad futura de Israel.

Israel insiste en que no busca una operación terrestre. Curiosamente, el "logro más significativo" de Hamas puede ser conducir a Israrel a una reacción de este tipo.

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