Hace más de un mes que el joven dictador norcoreano no aparece en público.
El académico Remco Breuker advierte sobre un posible remezón en el élite política Pyongyang.
Breuker manifestó sus sospechas ante el "esfuerzo" de la propaganda norcoreana por mostrar una imagen "más humana" de Kim Jong-un.
El pasado 3 de septiembre se registró la última aparición pública de Kim Jong-un. El joven dictador norcoreano asistió a un concierto de la banda musical Moranbong -la más popular de Corea del Norte en estos momentos- y desde entonces ninguna de sus actividades ha sido difundida por los medios de comunicación estatales.
A más de 35 días de aquello y a falta de información, debido el fuerte hermetismo del régimen comunista, las especulaciones en torno al destino del "líder supremo" se han multiplicado a nivel global, especialmente centradas en su estado de salud. A sus 31 años Kim presenta un notorio sobrepeso.
En este contexto, en las últimas horas alcanzó notoriedad el planteamiento de Remco Breuker, profesor de estudios coreanos en la Universidad de Leiden, Holanda, quien advirtió que la desaparición del líder norcoreano podría obedecer a que éste se encuentre bajo arresto domiciliario y se haya registrado un remezón dentro de la élite política de Pyongyang.
"No estamos seguros de dónde está ni de qué está pasando. No sabemos si está en el hospital o ha sido puesto bajo arresto domiciliario", dijo Breuker en declaraciones a ABC.
El académico destacó que durante el último año la propaganda norcoreana trató de mostrar una imagen "más humana" de Kim Jong-un, se esforzó por representarlo menos como "un casi súper humano y líder supremo".
Detrás de esto -dijo- podría estar la preparación de un escenario sin el hijo de Kim Jong-il a la cabeza del régimen.
"No importa quién esté a cargo nominalmente. El sistema norcoreano permanece igual". Por lo demás, señaló el experto, "Kim Jong-un realmente nunca ha estado a cargo, sino la gente detrás de él. Los viejos amigos de su padre; ellos están a cargo".
Remco Breuker dijo temer, en este sentido, qué harán aquéllos para poner la responsabilidad sobre Kim Jong-un y "liberarse ellos de cualquier culpa para seguir dirigiendo Corea del Norte".
El eventual "cambio de mando" podría arrastrar a Corea del Norte a un nivel todavía más bajo de respeto por los derechos humanos, reflexionó.
