El joven dictador presidió una reunión de comandantes del Ejército.
Aún no existe claridad sobre el problema de salud que aqueja al líder de Pyongyang.
El dictador norcoreano, Kim Jong-un, apareció en la televisión cojeando y sin el bastón que ha usado en apariciones recientes, por primera vez desde que retornara a la vida pública a mediados de octubre, tras 40 días de ausencia.
Kim presidió la reunión de comandantes de batallón e instructores políticos del Ejército Popular de Corea celebrada a principios de esta semana en Pyongyang, según muestran las imágenes emitidas la noche del jueves por la cadena de televisión KCTV y analizadas por los medios de la vecina Corea del Sur.
Entre las ovaciones de cientos de militares, el "líder supremo" recorrió el auditorio y caminó hasta el púlpito sin bastón aunque con una leve cojera en su pierna izquierda, tal y como muestra el video.
Desde que Kim Jong-un retomara sus actividades públicas el pasado 14 de octubre tras seis semanas de misteriosa ausencia, hasta ahora los medios estatales del país se habían limitado a publicar fotografías de sus diversas actividades, en las que aparecía caminando con un bastón.
Las últimas instantáneas fueron divulgadas el miércoles por la agencia de noticias norcoreana KCNA y en ellas se vio a Kim sin bastón por primera vez, lo que se interpretó como una mejora de su misterioso problema de salud.
Tras la emisión del video, los medios surcoreanos pudieron confirmar que el joven dictador se está recuperando: "Kim no parece estar recuperado del todo, aunque camina con más estabilidad en comparación con el pasado mes de junio" cuando apareció cojeando por primera vez en televisión, evaluó la agencia de noticias News 1 en Seúl.
Esta agencia también destacó que el líder "se muestra más sonriente y con confianza en sí mismo".
Los servicios de inteligencia de Corea del Sur (NIS) creen que su cojera se debe a una operación quirúrgica para extirparle un quiste en el tobillo, mientras otras fuentes han lanzado diversas especulaciones, desde una posible fractura hasta que padece gota o diabetes.
En todo caso, el extremo hermetismo que el régimen impone sobre su élite -y especialmente sobre la familia Kim- impide confirmar con certeza cualquier hipótesis sobre su problema de salud.
