El movimiento Revolución Democrática (RD) confirmó su respaldo a la gestión de la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, asegurando que permanecerá junto a ella para respaldar los cambios o correcciones que sean necesarios para consolidar el proyecto de "una Nueva Providencia".
La imagen de la jefa comunal ha sufrido un deterioro durante las últimas semanas debido a la extensa polémica por las restricciones horarias al funcionamiento de los locales nocturnos, al alejamiento de antiguos colaboradores y, esta semana, al episodio del matrimonio de un familiar en el edificio consistorial.
"Respaldamos el proceso participativo y el gobierno comunal de Providencia y llamamos y ponemos también nuestro hombro para hacer todas las correcciones", dijo Pablo Paredes, coordinador nacional de RD, al diario La Tercera.
Si bien el movimiento defiende la gestión de Errázuriz, admite ciertos déficit en "temas culturales y en el manejo comunicacional" del municipio.
"Es necesario hacer algunos ajustes en el manejo político y en temas de participación ciudadana", acotó Paredes.
Ayer la alcaldesa Errázuriz pidió "perdón" por haber prestado el edificio de la Municipalidad para el casamiento de su sobrino, dando un giro respecto de su reacción inicial, cuando desdramatizó el episodio y alegó que sus opositores y la prensa "le andan buscando el cuesco a la breva".
Un error "impresentable"
A este último episodio se refirió el influyente columnista de El Mercurio y rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, quien calificó como "indudablemente impresentable" el traspié de la jefa comunal.
"Ella facilitó las dependencias de la municipalidad que dirige para que un sobrino suyo celebrara su matrimonio. Hay en Providencia, es de suponer, cientos de novios que anhelarían casarse en medio de ese escenario, pero padecen de un irremediable defecto: no son sobrinos de Josefa Errázuriz", esgrimió el abogado.
"En tiempos en que cualquier tipo de selección en base a características adscritas repugna -es cosa de prestar oídos al debate educacional-, la conducta de la alcaldesa carece de toda justificación", agregó el columnista.
Por lo anterior, el académico concluyó que lo ocurrido a Josefa Errázuriz así como ciertos reparos hechos por Sebastián Dávalos a su gestión en el Gobierno, siendo hijo de la Presidenta, "irritan a la misma cultura ciudadana que ellos esgrimieron para legitimarse".
