Víctima de torturas: Cada vez que me afeito veo a Pinochet

Leopoldo García Lucero, exiliado desde 1975 en Londres, Inglaterra, comentó el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó al Estado de Chile por la excesiva demora en investigar las torturas que sufrió en la dictadura.

El citado tribunal condenó a Chile a otorgar una cantidad razonable de fondos para cubrir los gastos médicos del tratamiento que recibe en el Reino Unido por los problemas sicológicos que sufre.

En Lo que Queda del Día, García Lucero aseguró que cada vez que se afeita ve a Pinochet a causa de las cicatrices que porta en su rostro por las torturas que sufrió de parte de los organismos de represión en Chile.

"Tengo una cicatriz en el ojo izquierdo, perdí los dientes, tengo un problema en la columna que voy a tener que andar, hasta que me muera, con el bastón. Si ando en la calle o cualquier parte necesito un asiento, tengo que pasar sentado", explicó el anciano de 81 años.

García añadió que "cada día que yo me voy a afeitar, me miro en el espejo y lo primero que veo es la cicatriz y, obvio, veo a Pinochet; así que imagínese usted las secuelas. Constantemente estoy pensando en eso".

Sobre la resolución de la CorteIDH, el afectado argumentó que "el fallo debió haber sido más contundente, más positivo, porque un ser humano, en el caso de lo que me hicieron a mí -que soy sobreviviente- prácticamente estoy muerto en vida. No ha sido tan exitoso".

"Estoy agradecido porque por lo menos la Corte le exigió al Gobierno chileno, pero podría haber sido más positivo. Ahora, espero y tengo fe en la justicia, que yo creo que Chile debe de reconocer, reaccionar y dar lo que corresponde", agregó.

"Yo con 81 años y mi mujer con 83 nos gustaría ir a morir a Chile, pero no tenemos casa, no tenemos nada. Lo que estoy pensando es que creo y tengo fe que Chile va a reaccionar y responder honestamente, como corresponde", sentenció García.

El exiliado en el Reino Unido detalló que "recibo una pensión del Estado, pero con lo que me dan, si yo estuviera allá (en Chile), prácticamente comería una semana no más, porque es muy baja".

"Cuando trabajaba en el Hipódromo Chile, todos los empleados teníamos tres trabajos. Yo era administrativo, entraba a las nueve y salía a las dos de la tarde. Los días de los espectáculos -cuando corren los caballos- tenía dos trabajos extra. Me hicieron un análisis de la pensión de un solo trabajo y lo que me dan es muy poco", se quejó.

Finalmente, García relató que sus tres hijas le están guardando dinero, "porque siempre hemos insistido que queremos ir a Chile. Hemos ido tres veces, pero ha sido imposible ubicar alguna casa que fuera barata e intentar arreglar un poco la pensión".