Su caso "se estudió cuidadosamente" y no se hallaron "razones objetivas" para impugnar el nombramiento, señaló Roma.
El papa Francisco resolvió ratificar la designación de Juan Barros pese a estar bien enterado de las denuncias sobre encubrimiento de abuso sexual.
El Vaticano aseguró este martes que no existían "razones objetivas" para impedir el nombramiento de Juan Barros como obispo de Osorno, pese a la polémica que ha rodeado su figura desde que fue designado por el papa Francisco en el mes de enero.
Barros -que asumió en medio de protestas, forcejeos, gritos, desórdenes y detenidos el pasado 21 de marzo- fue formado por Fernando Karadima y es acusado por las víctimas de haber encubierto sus abusos sexuales.
Parlamentarios, laicos y hasta sacerdotes como Felipe Berríos, Álex Vigueras y Percival Cowley plantearon la necesidad de que Barros renunciara por voluntad propia a su cargo, lo cual no ocurrió.
El subdirector de la oficina de prensa del Vaticano, Ciro Benedettini, explicó hoy en una breve nota que la Congregación de los Obispos "estudió cuidadosamente la candidatura del prelado" Barros.
En este análisis "no encontró razones objetivas que obstaculizasen su nombramiento", indicó.
Estas palabras coinciden con lo que manifestó el fin de semana el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, quien hace algunas semanas le habló en persona al papa Francisco en Roma sobre el "caso Barros".
En dicha ocasión le hizo presente al pontífice las "consecuencias del nombramiento", pero Francisco ratificó su decisión "con firmeza y mucha convicción", señalando que "había analizado todos los antecedentes y que no había motivo objetivo alguno para que no asumiera la Diócesis", contó Chomalí.
El propio Juan Barros reveló en una carta difundida el 16 de marzo -en la que aseguró que "jamás" supo de los "graves abusos" de Karadima- que a fines de febrero conversó "personalmente con el Santo Padre Francisco", quien lo "animó para asumir este nuevo encargo pastoral con humildad y generosidad, sirviendo en nombre de Jesucristo al pueblo de Dios en Osorno, especialmente a los más pobres".
De la asunción de Barros se ausentó toda la jerarquía católica y las autoridades de Osorno, con la excepción del nuncio apostólico en Chile, Ivo Scapolo, quien desempeñó un papel fundamental en la decisión del papa y afirmó en los días siguientes que, respecto de Barros, "no se le ha escondido nada a la Santa Sede".
Fernando Karadima fue declarado culpable en 2011 de abusos sexuales por el Vaticano y fue condenado a una vida de oración y penitencia y a la prohibición perpetua del ejercicio público de cualquier acto del ministerio.
