Así consta en un informe elaborado por Gendarmería en octubre.
Kevin Garrido, de 21 años, había solicitado su traslado de Santiago I, pero su petición fue denegada.
Según el informe de Gendarmería, Garrido tenía problemas de "convivencia con sus pares".
Kevin Garrido Fernández, condenado por los atentados explosivos contra la Escuela de Gendarmería y una comisaría de Carabineros en el 2015, y que murió el pasado viernes en el Penal Santiago 1, corría "un serio riesgo", según Gendarmería.
Personal de la institución penitenciaria realizó un informe en octubre, en el que se indicaba que el joven tenía "problemas de convivencia con sus pares" y que su integridad física corría "un serio riesgo", según La Segunda.
Además, se constató que había sido atacado con estoques al interior de la cárcel.
Garrido habría solicitado que no lo pusieran en el módulo 25 -en el cual se encontraba- y solicitó que lo enviarán a una Cárcel de Alta Seguridad, petición que no fue aceptada.
Según Gendarmería, Garrido fue apuñalado por otro reo en reiteradas oportunidades, tanto en el tórax y el abdomen, lo que le provocó la muerte.
El joven de 21 años cumplía una pena de 17 años de presidio mayor en su grado máximo, por ser considerado culpable de la colocación de los artefactos explosivos, posesión y tenencia de elementos.
