El productor musical habló de la experiencia que debió enfrentar con la Justicia por "ser un consumidor de marihuana".
Explicó que aceptó el cargo de narcotraficante "porque la ley no te da otra opción".
Lagos insistió en que la droga que poseía era sólo para consumo personal.
A una semana de que fuera condenado a tres años y un día de libertad vigilada por el delito de tráfico de droga, el productor musical Manuel Lagos conversó con Cooperativa acerca de la experiencia que debió enfrentar por "ser un consumidor de marihuana", diciendo que a pesar de que respeta las instituciones, éstas al mismo tiempo le generan "dolor" al comprobar que existen normativas que calificó como "abusivas".
Lagos indicó que "entiendo que la vida y la convivencia estén establecidas y normadas como corresponde. Por lo general, siempre trato de atenerme a esas reglas, porque encuentro que para la convivencia tienen que existir".
Por lo mismo, "el periodo que tuve que pasar en la cárcel, el dolor que ello conlleva, el dolor que sobre todo eso significa para los que más quieres y que es lo que más te llega a preocupar: cómo está tu mujer, tu hijo, tu familia, tu madre, tu hermano, la gente con la que trabajas, etc. Todo ese periodo fue, lo viví, está; pero después de eso, cuando uno dice 'ya, esto se acaba', a mí por lo menos, la consciencia y el respeto por esas instituciones, me llevan un poco al dolor".
Para Lagos, el "sentir que soy condenado por un delito del cual estoy seguro que no soy culpable, conlleva en la consciencia de que es algo que te afecta".
"Me afecta de verdad estar condenado a una pena aflictiva por la cual no voy a poder ejercer mi derecho como ciudadano a votar; con la que yo voy tener que hacerme un examen de ADN para que quede el registro en los tribunales de justicia de este país de que soy un delincuente condenado", resaltó.
También indicó que "me duele porque respeto a las instituciones, confío en que las reglas están hechas para una mejor convivencia y, sin embargo, cuando encuentras que hay una regla que es totalmente abusiva, coercitiva, absurda finalmente -no en todos los niveles y todos los casos; aunque sí creo que en el mío y en muchos otros- , es ambigua. Se trata de pasar a una persona que es consumidor en un traficante de droga".
Además, Manuel Lagos explicó que aceptó el cargo de narcotraficante "porque la ley no te da otra opción", subrayando que siempre se considera que la persona es inocente hasta que se pruebe lo contrario, pero "la Ley 20.000 invierte el peso de las pruebas, ya que es el acusado el que tiene que probar que esa droga que yo tenía era para consumo en el tiempo y eso es lo que no te dejan probar, ya que te dicen que es imposible que la cantidad de marihuana que tenía era para un consumo próximo en el tiempo".
