Los trabajadores del mar creen que la fuerza de las olas pueden sacar del fondo más petróleo.
Además rechazaron trasladarse a otra caleta.
Trabajadores contratados por ENAP trabajaron en la limpieza del derrame.
Las marejadas se convertirán en el nuevo dolor de cabeza para los pescadores de Quintero y Ventanas debido al derrame de petróleo que se produjo la semana pasada en esa zona.
Si bien gran parte del crudo que estaba en la superficie fue retirado por los trabajadores contratados por ENAP para ese fin, la fuerza de las olas podría sacar los sedimentos del fondo y contaminar más la zona.
Esta preocupación fue manifestada por Gerardo Muñoz, presidente de la caleta unida de la bahía de Quintero.
"Visualmente la mancha se ve que está disipada. Prácticamente no se ve nada. El problema que se nos genera es que dentro de estos días va a aparecer marejada y no sabemos qué pasó con el hidrocarburo que se fue al fondo, qué pasa con los sedimentos y las especies que pudieron ser contaminadas y puede aparecer una mortandad considerable", afirmó Muñoz.
En tanto, la diputada de la UDI Andrea Molina solicitó una comisión investigadora por este derrame, mientras que el presidente de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Núñez, tomó conocimiento de cómo avanza la mancha de crudo, luego de realizar un recorrido en helicóptero.
"Se aprecia con mucha claridad lo que está ocurriendo, no observamos ningún rastro de hidrocarburo, pero nos describen que en una playa, que es la última que está siendo afectada, que es Sanfuentes, es el lugar donde aún persiste la contaminación y donde se están concentrando los esfuerzos", dijo el parlamentario.
"Este caso puntual de derrame no puede ocurrir porque hemos visto cómo afecta la salud de las personas y también la fauna y la flora local", recalcó Núñez.
Los pescadores rechazaron además trasladarse a otra caleta, como parte de la mitigación planteada en asamblea, ello junto con agrupaciones ecológicas de la zona que también difieren de las voces oficiales y ya hablan de un derrame de 50 mil litros de petróleo, a diferencia de lo manifestado por ENAP que cifró en 3.000 los litros vertidos al mar.
