El paleobiólogo chileno Marcelo Leppe se refirió a distintas historias que rondan sobre el continente blanco.
El gran enemigo de la cultura es la superstición, dijo.
La magia de la Antártida está en sus "características increíbles", afirmó el experto.
Vestigios de civilizaciones ancestrales, naves extraterrestres o bases escondidas en el hielo. Estos son algunos de los mitos sobre la Antártica que científicos especializados quieren extirpar del imaginario colectivo.
"Más de un siglo después de las expediciones que dan inicio a la conocida como época heroica de la exploración polar, la Antártida es todavía una tierra fértil para la ciencia ficción", dijo a la agencia Efe el paleobiólogo chileno Marcelo Leppe.
En busca de desmitificar el continente, el investigador del departamento científico del Instituto Nacional Antártico Chileno (INACH) y representante nacional en el Comité Científico para la Investigación en la Antártida (SCAR), ahondó en diferentes leyendas e historias que han circulado por años.
"Sigue siendo una de las últimas fronteras del conocimiento, un lugar inexplorado y misterioso sobre el que la gente tiende a especular", recalcó Leppe sobre un ambiente que desde principios del siglo XIX ha inspirado a la literatura fantásticas y al cine.
Mito 1: ¿Pirámides ancestrales?
Por ejemplo, un artículo replicado en más de 436 mil páginas de Internet y en distintos medios internacionales habla sobre el supuesto hallazgo de "investigadores europeos y estadounidenses", de "antiguas pirámides hechas por el hombre bajo la gruesa capa de hielo y nieve" que podría "cambiar nuestra percepción de la historia".
Leppe, explicó que lejos de civilizaciones ancestrales, el patrón geomorfológico de estas montañas antárticas obedece a la "estructura cristalina de las rocas y la erosión de los vientos racheados" y la existencia de civilizaciones antiguas es "totalmente imposible" por ser un continente cuyas condiciones hacen imposible la supervivencia del ser humano.
Asimismo, se estima que la Antártida se congeló hace al menos 23 millones de años, muchos millones de años antes de la aparición de los primeros Homo sapiens, lo que refutaría la posibilidad de que los seres humanos la poblaran antes de su actual estado de congelación.
Mito 2: ¿Ovnis? ¿Extraterrestres?
Del mismo modo que fácilmente se encuentran imágenes de las supuestas "pirámides antárticas" también se pueden localizar en internet miles de páginas que hablan de la observación de desfiles de ovnis.
Para Leppe, el cerebro siempre trata de buscar explicaciones a lo desconocido y dijo que "este continente parece otro planeta, tiene zonas inexploradas y, además, hay muy poca gente que pueda visitarlo. Por eso creo que es fácil creer en explicaciones esotéricas o metarracionales".
"A veces, es más fácil pensar que llegaron los extraterrestres", subrayó el experto.
Mito 3: ¿Confabulación entre gobiernos mundiales?
Otro de los mitos que circula por la red habla de una "confabulación entre los gobernantes mundiales" para supuestamente ocultar las civilizaciones encontradas en la Antártida.
"Esta información salió después de la visita del patriarca ruso a la base de su país en 2016. Yo estuve con él, estuvo comiendo con sus compatriotas, dio una misa y se fue", reveló Leppe.
"Me preocupa que la gente crea estas cosas tan rápidamente", lamentó el científico.
Científico: El gran enemigo de la cultura es la superstición
Según Leppe, la magia de la Antártida está en sus "características increíbles", como ser el continente más alto del planeta, con un promedio de 2.300 metros sobre el nivel del mar, y albergar bajo el hielo el punto más bajo de la tierra, situado a menos 2.555 metros.
Así también, destaca por haber sido registrado la temperatura más baja de la historia, -89,4 grados Celsius-,ser el lugar más ventoso con rachas de hasta 304 kilómetros por hora, y acoger el 90 por ciento del hielo de todo el planeta.
"Hay tanto que se podría tallar un bloque de hielo del tamaño de una pirámide de egipto para cada ser humano", señaló Leppe, dando una tarea final a los expertos de las ciencias.
"Creo que los científicos debemos robustecer nuestra interacción con los medios para tratar de viralizar la otra visión de las cosas. Esta es una de las grandes tareas para nuestra anhelada sociedad del conocimiento porque el gran enemigo de la cultura siempre será la superstición", concluyó.
