Lo que sucede es que los medidores y cañerías se congelan y luego cuando viene el deshielo, revientan y esto afecta en la producción del vital elemento, porque la demanda por segundos aumenta.
Ante esto, la compañía debió suspender el suministro en el sector sur y norte, además de una baja de presión en el sector central, con el objeto de incrementar el nivel de los estanques de regulación, para resguardar el abastecimiento de la ciudad, afectando a 2.106 hogares.
En un comienzo, la empresa había informado que la situación quedaría normalizada en su totalidad antes de la medianoche, sin embargo, debieron extender el plazo en algunos lugares de la comuna.
Fue el caso de los habitantes de Llau Llau, emplazado sector norponiente, compuesto por aproximadamente 300 casas, a quienes recién a las 21:00 horas de este jueves se les repuso el servicio.
Una de las afectadas, Cecilia Cárdenas, manifestó que el corte de emergencia preventivo tuvo diversas consecuencias.
“Provocó problemas en el aseo personal, en la preparación de los alimentos y en el funcionamiento de los baños. Esperamos que estos días que no tuvimos agua se vean reflejados con un descuento en la próxima boleta”, puntualizó la vecina.
Llamado a los clientes
En tanto, el gerente general de Aguas Magallanes, Christian Adema, explicó que una de las causas de que medidores y cañerías se congelen, es que los clientes no las protegen.
“Desde abril que nosotros realizamos una campaña, entregando consejos en los diversos medios de comunicación radial e incluso escrito”, puntualizó el alto ejecutivo.
Agregó que si bien el congelamiento de las instalaciones sanitarias es común en invierno en la Región de Magallanes, este año se dieron más casos que los anteriores, porque las condiciones climáticas han sido más adversas.
