El embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés (PS), defendió la presencia de tropas nacionales en Haití, ante las críticas que se han generado tras el asesinato de un sargento segundo de la Armada, Rodrigo Sanhueza Soto, de 35 años, el día lunes.
El diplomático estuvo a cargo entre 2004 y 2006 de la Misión de Paz de Naciones Unidas en ese país, "cuando había un comienzo de guerra civil que podría haber generado varias decenas de miles de muertos" y fue necesaria la presencia de fuerzas internacionales para "detener a dos fuerzas que querían enfrentarse", recordó.
Valdés aseguró que "ese cuadro ya no está" y negó que haya recrudecido la violencia, pero aseguró que el actual contexto, en la antesala de un proceso eleccionario, hace indispensable que se mantenga la presencia internacional de estabilización.
"País castigado"
"Haití es una sociedad muy pobre, y las razones de su pobreza están entroncadas en su historia, que es una historia extraordinariamente difícil y compleja. Nadie que hable de Haití puede nunca olvidar el hecho de que Haití se liberó de la esclavitud y de la dominación francesa mediante una guerra que exterminó a la mitad de su población", algo que no vivió "ninguno de nuestros países en sus guerras de independencia". Además es "un país que fue aislado por Estados Unidos, América Latina y Europa durante todo el siglo XIX", expuso Valdés en conversación con GPS.
"El costo del colonialismo y la brutalidad esclavista se paga en la historia, y este país es una de las víctimas principales de la codicia infinita de los colonizadores blancos de los siglos XVIII y XIX. Después tuvo una dictadura que fue apoyada entusiastamente por Estados Unidos durante 30 años con el señor (François) Duvalier, y el hijo del señor Duvalier (Jean-Claude) se robó la mitad del producto (interno) y se fue a Europa a vivir a Francia durante 20 años. Por lo tanto, estamos hablando de un país que ha sido castigado no solamente por su entorno, sino por la naturaleza y por su poca capacidad de desarrollar sus propias instituciones. En ese cuadro, naturalmente que la búsqueda de mantener la paz en el país ha sido una obsesión de la comunidad internacional desde la salida de Duvalier hijo, en los 80", expresó el diplomático.
"Dada la mala cultura política de Haití, suele haber fraude en las elecciones", dijo el miitante socialista, que entre 2004 y 2006 estuvo a cargo de la misión de paz. (Foto: UNO)
"En ese cuadro es donde tenemos que fijar la presencia de las tropas en Haití, que han estado 10 años, pero 10 años no es mucho tiempo para desarrollar instituciones, pues el problema de Haití no es solamente la pobreza, que se disparó con el terremoto (de 2010), precisamente en el momento en que Haití estaba comenzando a mostrar signos de desarrollo creciente, con inversión extranjera y apertura al comercio (...) El terremoto nos puso en cero", dijo, señalando que en dicha catástrofe murió el 60 por ciento de los funcionarios públicos"
"No es el momento"
Con una década en el país, en mayo el Senado chileno tendrá que autorizar que se prolongue la presencia nacional. El embajador afirmó estar de acuerdo con el ministro de Defensa, Jorge Burgos, "en el sentido de que no es el momento de que las tropas dejen Haití".
"La misión de las Naciones Unidas debe mantenerse hasta que termine el proceso electoral, que no va a ser fácil, porque se van a elegir desde los concejales hasta el presidente de la República y con dos vueltas, por lo que el trabajo a realizar es enorme", dijo.
Juan Gabriel Valdés explicó que "el problema haitiano es esencialmente político", ya que sus niveles de violencia son, en realidad, "menores que en algunos de los países caribeños: hay más delitos y violencia en países como Jamaica que en Haití".
El embajador señaló que el incidente que le costó la vida al sargento Sanhueza fue "imposible de impedir". (Foto: Armada)
"Suele haber fraude"
"Éste no es un país que esté al borde de una guerra civil. Lo que sí sucede es que tiene una institucionalidad mucho más débil que la de muchos otros países del Caribe y tiene una tendencia a la violencia política. Por lo tanto, el momento difícil es precisamente el de la elección", subrayó.
El diplomático comentó que "en las elecciones de Haití en general 'no pierde nadie'. A veces hay 80 ó 90 candidatos y de los 80 que perdieron, todos ellos sostienen que les robaron la elección, con lo cual hay un cuadro de dificultad en el manejo del proceso político, y la fuerza de paz lo que hace es aparecer como disuasión, porque es muy difícil que en lugares de provincia o de regiones donde hay un cacique local que se las arregla para amenazar a la población, un policía que tiene a su familia en esa misma población se atreva a controlar a un ladrón de votos o a alguien que quiere alterar las actas. En cambio, un soldado de Naciones Unidas no tiene ese problema y va a tener mucha más fuerza para inhibir una acción contra la mesa o la gente que está controlando el proceso", resaltó.
"Dada la mala cultura política del país, suele haber fraude", remarcó el embajador, quien indicó que más allá de actos de violencia por "armas de fuego que circulan en la población", no es cierto que haya "un cuadro de violencia incontrolada en Haití".
"Nuestras fuerzas participan en misiones de paz que son peligrosas. Uno no puede ir a las misiones de paz como si fueran paseos, aquí ocurren cosas que son desagraciadas" y "una situación de tiros y fuego en la mitad de una manifestación", como la que costó la vida al sargento Sanhueza, "es imposible de impedir", sentenció Juan Gabriel Valdés.
