A un año del terremoto en el norte: "Estamos enjaulados, parecemos ratones", dicen damnificados

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Autor: Cooperativa.cl

Un sismo de magnitud 8,2 en escala Richter sacudió a las regiones de Arica, Tarapacá y Antofagasta el 1 de abril de 2014.

El Diario de Cooperativa está visitando los lugares más afectados para conocer la situación actual de sus habitantes.

A un año del terremoto en el norte:
 Patricio Andrade

Vista del Campamento Mirador, en Iquique, donde viven cerca de mil personas en 240 viviendas "transitorias".

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Cinco campamentos que existen hoy en Tarapacá son parte de las consecuencias visibles del terremoto de magnitud 8,2 en escala Richter que el 1 de abril del año 2014 remeció a esa región junto con las de Arica-Parinacota y Antofagasta.

En la ciudad de Iquique uno de los conjuntos habitacionales más afectados fue el del sector de Las Dunas, donde 480 viviendas resultaron dañadas.

Durante las primeras semanas quienes perdieron sus casas tuvieron que vivir en carpas, para luego ser reubicados en viviendas de emergencia o "de transición". Esto dio origen al Campamento Mirador, que reúne a 240 viviendas, cada una con cuatro habitantes, en promedio.

Estas viviendas transitorias tienen 36 metros cuadrados y dos pisos, agua potable, alcantarillado y luz. No obstante, los vecinos alegan con fuerza por el hacinamiento, la inseguridad y la suciedad del sector, que incluye plagas de ratones y de baratas. Critican, además, el alto costo de los servicios, indicando que por las cuentas mensuales de luz pueden pagar hasta 60 mil pesos, y 30 mil en el caso del agua.

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Vista del Campamento Mirador, en Iquique, donde viven cerca de mil personas en 240 viviendas "transitorias".

 

Tras la demolición de los edificios de Las Dunas -que concluirá el 5 de mayo próximo- se prevé que comience el proceso de adjuración de las nuevas obras, y no se producirá antes de tres años la entrega de las viviendas definitivas. Por eso, "ya a un año (del terremoto y) de que la solución no está, la vemos muy lejana", explicó a Patricio Andrade, enviado especial de Cooperativa, la vecina Nadia Castro, quien antes arrendaba en el sector y hoy afirma sentirse abandonada por el Gobierno.

"Nosotros quedamos abandonados. Ha sido difícil. Yo, como mujer, quedé sin trabajo después del terremoto, me quedé en la casa... Fue todo un cambio, no tenemos solución y el Serviu es una entidad poco seria", afirmó.

"Todo se sabe, todo se escucha"

La tensión provocada por el estado actual de cosas ha generado también roces entre los vecinos, que están organizados mediante delegados. Uno de ellos es Juan Carlos Álvarez, quien hace una cruda descripción del modo en el que se desarrolla la vida cotidiana: "Hay que ser realistas: estamos enjaulados, parecemos ratones...".

"Estamos hacinados, entonces no podemos cometer un error de conversar nada que pueda perjudicar a algún vecino, porque todo se sabe, todo se escucha", explica.

Juan Carlos Álvarez afirmó que quisiera que "uno del Gobierno comparta una semana con nosotros en una vivienda, para ver cómo se siente acostarse después de las 12, después de la una, porque muchas veces la bulla de los vecinos nos molesta: sube el vecino de más allá la escala y al subir todo esto cimbra".

Otra de las habitantes del barrio Mirador, Johanna, contó a Patricio Andrade que la Municipalidad no retira la basura del sector y tampoco se hace presente personal de seguridad: "En más de alguna oportunidad se le ha pagado al camión de la basura para que entre a sacar nuestra basura" y no ha ocurrido.

"Si tú te pones a pensar, ¿de qué te sirve ser el mejor alcalde (...) si tenís a tu gente pa' la cagá, botada? ¿Qué sacas con tener las mejores camionetas de paz ciudadana cero kilómetro, equipadas, cuando a este barrio, a mi barrio transitorio, nunca ha venido?", plantea.

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Los vecinos del Campamento Mirador reclaman por la falta de seguridad y limpieza en el sector.  

 

Cambio de vida

Pese a este panorama, otros vecinos señalan que la solución de las viviendas transitorias es un alivio en comparación con la fase previa.

Tras el terremoto "viví casi cinco meses en la calle, en la carpa", contó Diamantina Escobar, quien afirma que el sismo le "cambió completamente la vida".

"No tengo departamento, no tengo nada, (pero) si no la tengo, me la tengo que fabricar, no me queda otra. No saco nada con pelear, porque de la carpa a esta casa de emergencia es como un palacio", señaló Escobar.

Gobierno espera concluir reconstrucción durante su periodo

Ante los reclamos de los vecinos, el intendente de la Región de Tarapacá, Mitchel Cartes (PS), hizo un llamado a la paciencia y a la confianza.

"Sólo les decimos que nosotros, como autoridades, mandatados por la Presidenta, no estamos para vender humo", declaró Cartes a Cooperativa.

"A lo mejor el término ('vende humo') puede sonar un poco feo, un poco vulgar, pero no estamos para eso. Nosotros estamos para dar soluciones, estamos trabajando a máxima velocidad para dar soluciones ojalá bajo el mandato de la Presidenta Bachelet", indicó.

Terminar la reconstrucción antes del fin del Gobierno "es lo que nos gustaría", subrayó la autoridad regional.

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El periodista Patricio Andrade, enviado especial de Cooperativa, dialogando con los damnificados.

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