EEUU busca una sepultura digna para el inventor del submarino moderno

Publicado:
| Periodista Digital: EFE

Este jueves fueron exhumados en Panamá los supuestos restos de Julius Kroehl.

El ingeniero estadounidense de origen alemán yacía desde 1867 en una anodina tumba.

EEUU busca una sepultura digna para el inventor del submarino moderno
 Institute of Nautical Archaeology
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Con el objetivo de darle una sepultura digna, Estados Unidos exhumó este jueves los supuestos restos de Julius Kroehl, un ingeniero estadounidense de origen alemán que inventó el primer submarino capaz de sumergirse y emerger por sí mismo y que desde 1867 yacía en una anodina tumba en Panamá.

Más de 150 años después de su entierro, los expertos de la embajada de Estados Unidos en Panamá apenas consiguieron recuperar un par de huesos de Kroehl, dos botones y un trozo del ataúd debido a la erosión y a las malas prácticas de enterramiento de entonces, como pudo constatar Efe.

"Estamos muy contentos porque, aunque es poco material, vamos a poder escribir el último capítulo de la historia de Julius Kroehl, un hombre corriente que hizo cosas extraordinarias", afirmó a Efe el arqueólogo estadounidense James Delgado, que ha invertido gran parte de su vida en seguirle la pista al inventor.

La tumba donde supuestamente Kroehl descansó durante un siglo y medio en el cementerio de Amador, en un humilde barrio del casco antiguo de la capital panameña, dista mucho de ser la de un inventor de su altura: no hay lápida y lo único que permanece en pie es una pequeña cruz enmohecida sobre la que alguna vez hubo una inscripción.

Los restos se someterán a pruebas de ADN para confirmar que verdaderamente pertenecen a Kroehl y se enterrarán próximamente en el cercano cementerio de Corozal, gestionado por el país norteamericano y donde descansan militares estadounidense caídos en distintos combates y trabajadores que construyeron el Canal de Panamá a principios del siglo pasado.

"Quiero agradecer a Panamá por haber guardado sus restos tantos años. Kroehl perteneció al Ejército de Estados Unidos y sus descendientes están encantados de que sea enterrado en Corozal. Panamá fue su último trabajo y por eso va a seguir aquí", indicó el arqueólogo, un amante declarado de los submarinos que convenció a la embajada estadounidense de exhumar los restos del científico.

Un hombre corriente que hizo cosas extraordinarias

Kroehl creó el submarino para que pudiera ser usado por el bando unionista, partidario de abolir la esclavitud, durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-1865), pero finalmente no fue utilizado y el inventor puso rumbo a Panamá a bordo de la máquina dos años después del fin de la contienda.

En el país centroamericano, el ingeniero usó el sumergible para recolectar perlas en el Océano Pacífico y alcanzar profundidades a las que no podían llegar los buzos.

Se cree que el submarino se sumergió durante once días seguidos, cuatro horas al día, y que llegó a recolectar 10 toneladas de ostras en el Archipiélago de las Perlas, un conjunto de islas paradisiacas ubicadas a 50 kilómetros de la capital panameña.

Kroehl, que fue masón y emigró de joven a Estados Unidos procedente de la antigua Prusia (la actual Letonia), murió en un hotel de Panamá y los restos recuperados este jueves permitirán conocer las causas específicas de su muerte, ya que hay varias versiones al respecto.

"Hay reportes que indican que murió de fiebre amarilla, otros por malaria. También pudo morir por la enfermedad de la descomprensión", que se produce cuando el cuerpo emerge rápidamente tras sumergirse a gran profundidad y que entonces era desconocida, apuntó el arqueólogo.

El conocido como Submarine Explorer incorporó elementos que todavía se usan hoy en día en los submarinos modernos, como la cámara de presurización y un sistema para llenar la cámara con aire almacenado en tanques, y fue descubierto por el propio Delgado en 2001, en la costa de la isla de San Thelmo durante uno de sus viajes al Archipiélago de las Perlas.

El sumergible, que se puede apreciar cuando hay marea baja, es uno de los cinco submarinos del siglo XIX que aún existen en el mundo, aunque "se está convirtiendo en polvo" y ya no merece la pena rescatarlo del fondo del mar, lamentó el especialista.

"De algún modo, el Submarine Explorer fue la base del que luego construyó e hizo famoso al español Isaac Peral. Ambos inventores, como buenos genios, se retroalimentaron entre ellos", afirmó.

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