Conozca la sacrificada historia de El Luchador de Coñaripe, equipo amateur que participa en Copa Chile

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Autor: Cooperativa.cl

Cooperativa.cl indagó en singulares detalles de este club que compite en la Asociación de Lican-Ray.

Su técnico Julio Pincheira agradeció a la ANFP la oportunidad de participar en el certamen.

La institución cuenta con dos ex jugadores profesionales en su plantel.

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En medio de húmedos bosques y de imponentes volcanes que engalanan el generoso paisaje sureño, se escribe la historia de uno de los equipos amateurs más singulares que participan en la Copa Chile 2009: El Luchador de Coñaripe.

Precisamente el pintoresco balneario ubicado en la precordillera de la Región de los Ríos, con playas de arena volcánica y a orillas del Lago Calafquén, vio nacer a este elenco amateur en 1972, llamado anteriormente Puelche (1951).

Por un asunto de comodidad geográfica, El Luchador decidió desplazarse de su lugar de origen e inscribirse en la asociación amateur de la localidad de Lican-Ray. A partir de entonces compite en La Araucanía, pese a que en rigor pertenece a Los Ríos, ostentando cuatro títulos regionales en su palmarés desde su "resurrección" el año 2000 y haciendo las veces de local en el Estadio Municipal de Villarrica.

 

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El Luchador de Coñaripe y su plantel estelar. (Foto: Julio Pincheira)

"Considerando que en Coñaripe se jugaba fútbol rural, un día los dirigentes en los años '70 optaron por jugar en el fútbol de la ANFA. La asociación que nos quedaba más cerca era la de Lican-Ray. Se hicieron los trámites y nos aceptaron. Por eso nosotros representamos a la Asociación de Lican-Ray, pero el club nace en Coñaripe", aclara a Cooperativa.cl su técnico y máximo referente, Julio Pincheira.

Luchadores y "guerreros"

Coñaripe significa "sendero del guerrero" en mapudungun. Y aunque el origen del nombre El Luchador roza más bien lo anecdótico, Julio Pincheira cree que parte de esta impronta "guerrera" está instalada en el club desde su refundación.

"Cuando se juntaron los dirigentes empezaron a debatir cómo se llamaría el club. Se dieron diferentes nombres y ahí uno de esos personajes que no hablan nunca y salen con una gracia que existe en todos los pueblos, dijo ‘¿por qué no le colocan El Luchador?' Todos sonrieron, dijeron que no sonaba mal y optaron por dejar al club con el nombre de El Luchador de Coñaripe", relata.

La mera elección del nombre revelaría sin habérselo propuesto un sello imposible de evadir: una historia sacrificada como todo equipo amateur, de sinsabores y escasos recursos, pero que al mismo tiempo devuelve al fútbol el espíritu auténtico y apasionado que parece perdido en estos tiempos.

"El fútbol amateur es totalmente distinto. Ninguno es pagado, se juega por amor a la camiseta y no por dinero. Se juega muchas veces a las 9 u 11 de la mañana, con canchas barrosas y con la misma camiseta llena de tierra y arena durante todo el partido. Entonces es digno de aplaudir", revela el delantero de El Luchador, Luis "Cuchi" Díaz, ex jugador profesional que pasó por Regional Atacama, Huachipato, Naval y Ñublense, entre otros clubes.

Similar percepción tiene otro ex jugador profesional que milita en la institución sureña. Se trata de José Miguel Farías, ex volante de Deportes Temuco, Malleco Unido, Ñublense y Santiago Wanderers, quien debe desplegar un colosal esfuerzo para desplazarse a las prácticas desde Lautaro, su lugar de residencia.

"El Luchador es diferente porque hay orden. La única forma de lograr resultados es la disciplina, porque en general el futbolista amateur es de ir a fiestas y no se cuida. Acá hay que ser humildes, los recursos son pocos y eso bajonea, pero hay que mostrar la entereza", dice Farías, quien además estudia Derecho en la Universidad Católica de Temuco con 25 años de edad.

 

Historia de un himno

"Luchador, Luchador/tienes garra de campeón/y la imagen del guerrero/te hará siempre ganador", versa el estribillo del himno "oficial" del club que renovó el músico temuquense Juanjo Montecinos a petición del mismo técnico Julio Pincheira, una iniciativa casi inédita para un conjunto amateur.

"Nos juntamos el año 2000 a pensar un himno del club. Lo grabamos pero muy artesanalmente, con guitarra y acordeón. Estábamos contentos, pero queríamos algo más sofisticado. Así que ahí contacté a Juan José (Montecinos). Me sorprendió el hecho de que él componía canciones a pedido, nos juntamos en Temuco, me lo presentó varias veces y se escucha bastante bien", apunta el estratega.

"Don Julio Pincheira se comunicó conmigo a comienzos de 2008 para arreglar un himno que estaba hecho en su 25 por ciento nada más y era una versión media folclórica y nosotros con mi equipo lo profesionalizamos y lo dejamos a la altura de un club glorioso como lo es este equipo en el sur de Chile", dice por su parte el trovador Juanjo Montecinos.

 

Los agradecimientos a la ANFP

Los jugadores y el cuerpo técnico de El Luchador no quieren desaprovechar la oportunidad que les brindó la ANFP y sueñan con avanzar en la Copa Chile para poder enfrentar a algún equipo profesional. Al menos cuentan con el apoyo del público de Coñaripe, Lican-Ray y Villarrica, como revela el capitán y volante creativo Oscar Catricheo.

"Cuando jugamos nos apoya gente de todos lados. Es una motivación que la ANFP nos haya considerado para participar. Queremos jugar con equipos profesionales. Ese es el desafío y no hay nada dicho", sostiene Catricheo, jugador nacido en Coñaripe que trabaja simultáneamente en una sucursal bancaria en Panguipulli.

Como señal de agradecimiento a la ANFP, el entrenador Julio Pincheira asume el desafío con mucha responsabilidad, expresando que en esta versión de Copa Chile se ha hecho justicia con los clubes que intentan a diario reeditar la expresión más pura del fútbol que hoy yace extraviada.

"La idea de que puedan participar los campeones amateurs regionales es un premio, algo histórico. Han acertado en el nombre de Copa Chile, porque entendieron que deben participar todos. Incluso hay un equipo de Isla de Pascua que va a participar. Esto conlleva muchos gastos, los recursos que se nos asignan son muy pocos. En Coñaripe tenemos un lema que es ‘acá se junta plata cantando y bailando'. Hacemos una fiesta en el cuartel de bomberos y la gente nos coopera, chaucha tras chaucha. Sabemos nuestras limitaciones, pero estamos trabajando en eso en los días martes y jueves hasta las 12 de la noche en nuestros entrenamientos", reflexiona.

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