Luis Bahamondes, único inculpado del caso, fue sentenciado a una pena de 10 años de prisión por el asesinato ocurrido en 1992.
La jueza del 17º Juzgado del Crimen de Santiago, Patricia González, condenó -en primera instancia- a Luis Bahamondes como el responsable de la muerte del folclorista René Largo Farías, descartando el móvil político en el asesinato ocurrido el 11 de octubre de 1992 en la comuna de La Florida.
La magistrada no le atribuyó connotaciones políticas al deceso de Largo Farias, quien era un destacado artistas de izquierda, junto con establecer que Bahamondes actuó solo.
La hermana del asesinado folclorista René Largo Farías, Iris Largo, calificó como "insuficiente" la condena, ya a que -a su juicio- "a lo largo del proceso, en varias ocasiones ha quedado claro que no puede haber sido una sola persona la que cometió el crimen, por eso vamos a apelar y tenemos el apoyo de la gente que conoció a mi hermano para poder llevar adelante las gestiones".
La familiar ex director de radio Minería de Viña del Mar, señaló que hará uso de los recursos judiciales que procedan con el fin de que se reabra la investigación y que se ésta se realice en forma acuciosa.
René Largo Farías fue locutor, animador cultural y promotor de las expresiones musicales de raíz folclórica. En 1963 creó el programa "Chile Ríe y Canta" que fue transmitido los días domingos por Radio Minería, dando cabida a artistas como Rolando Alarcón, Patricio Manns, Los Huasos Quincheros, Los Cuatro Cuartos, Los Parra, Los de Santiago, Las 4 Brujas, entre muchos otros.
Cuatro años más tarde fundó en el año 1967 la peña Chile Ríe y Canta, que se vino a sumar a otros espacios ya existentes como la peña de Carmen 340, La Peña de los Parra.
Chile Ríe y Canta se transformó en un polo de desarrollo de la música popular chilena de esos años, siendo vitrina de conjuntos como Cuncumén, Calaucán y Millaray, y artistas como Héctor Pavez, Violeta Parra, Víctor Jara, Margot Loyola, entre muchos otros.
Durante el gobierno de la Unidad Popular fue nombrado jefe de Radio de la Oficina de Informaciones y Radiodifusión de la Presidencia de la República, cargo en el que logró que todas las radioemisoras incluyeran en su programación diaria a autores chilenos.
Tras el golpe de Estado partió al exilio a México, desde donde regresó en 1983.
