El objetivo de la medida es que en diez años no haya más vehículos de transporte público urbano con motores de combustión.
Al menos la mitad de todos los autobuses deberán ser fabricados por empresas húngaras.
El Gobierno húngaro aprobó que desde el año 2022 los municipios de las grandes ciudades sólo puedan adquirir autobuses eléctricos, parte de una estrategia para que en diez años no haya más vehículos de transporte público urbano con motores de combustión.
En una primera fase de esta estrategia, las localidades de más de 25 mil habitantes tendrán a su disposición un fondo estatal de 110 millones de euros para ir renovando su flota de autobuses, durante la que se espera que se pongan en circulación 1.290 vehículos eléctricos, según recoge el medio económico Vilaggazdasag.
Ese medio no especifica el costo total del programa, pero sí que al menos la mitad de todos los autobuses deberán ser fabricados por empresas húngaras.
