Experto en medioambiente: Hay que dejar de optar por lo sexy y hacer lo inteligente

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Autor: Cooperativa.cl

Bjorn Lomborg conversó con Cooperativa sobre los pro y los contra en las

políticas ecológicas que se están adoptando en el mundo.

Habló de cambio climático y cómo hay que cambiar las prioridades para enfrentar el fenómeno.

Experto en medioambiente: Hay que dejar de optar por lo sexy y hacer lo inteligente
 Miriam Dalsgaard
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El escritor, profesor y ambientalista danés, Bjorn Lomborg, está en Chile para formar parte del Congreso del Futuro, evento que busca explorar los distintos avances, perspectivas y proyecciones sobre desarrollo humano, desde la ciencia y la tecnología.

Lomborg es el director del proyecto The Copenhagen Consensus, organismo que busca definir prioridades para crecer en el bienestar de la humanidad, con la teoría de la economía del bienestar como guía de referencia. Ha potenciado su carrera en torno al desarrollo de políticas para el cambio climático, alzándose como una de las voces de referencia a nivel mundial en la temática y figurando con su opinión en importantes medios norteamericanos y europeos.

Además, es el autor de "The Skeptical Environmentalist" y "Cool It", dos obras con las que, a la vez que generó polémica por sus ideas y propuestas, se transformó en best seller.

Ahora, Lomborg llega a Chile para exponer sobre dos planteamientos en particular: cuáles son las mejores opciones que tienen los humanos para mejorar el mundo y, más específicamente, qué deberíamos hacer acerca del calentamiento global. Según el experto, "la respuesta más fácil es que necesitamos enfrentar el fenómeno, pero no lo estamos haciendo muy efectivamente en la actualidad". De ahí que busque exponer sobre políticas más inteligentes, baratas y efectivas.

En conversación con Cooperativa, Lomborg subrayó la necesidad de plantearse resolver problemas con bajo costo y alto rendimiento en los beneficios para la mayor cantidad de personas. Así mismo, cuestionó el foco que los medios adoptan para informar sobre los conflictos medioambientales, llamando a cambiar lo atractivo a la vista por lo efectivo en cuanto a resultados.

  • Es un hecho que crees en el calentamiento global, pero ¿qué piensas del fenómeno? ¿Qué dirás en tus conferencias?

El calentamiento global es real, está pasando y principalmente es generado por el hombre. Así que es un problema que tenemos que resolver. Pero la mayoría de la gente cree que se trata de instalar paneles solares y turbinas de viento, además de sentirse bien y virtuosos por hacerlo; pero la realidad es que eso es una pequeña parte de la solución. El mundo obtiene un 0,5 por ciento de su energía de este tipo de aparatos, e incluso en 2040, o sea en 25 años más, si todo el mundo hace lo que prometimos en la gran conferencia de París hace un mes, la Agencia Internacional de la Energía estima que un dos por ciento de la energía será solar y eólica. Esto no se trata de subsidiar estaciones solares o eólicas, sino que de presionar para que los precios de la energía verde bajen. Si podemos hacer que la energía verde sea tan barata como los combustibles fósiles, todos se cambiarán. De otra manera, no resolveremos estos problemas.

  • Estás hablando de combustibles, de cosas físicas como paneles solares o turbinas, pero ¿necesitamos un cambio cultural para hacer esto?

Mucha gente cree que necesitamos utilizar menos (cosas), viajar menos, sentir un poco más de frío en el invierno o sentir el calor cuando estamos en verano. Pero la realidad es que esa no es la forma en que el mundo funciona. En los setentas, cuando todos estaban preocupados de que no íbamos a ser capaces de alimentar al mundo, la solución siempre fue 'disculpa, ¿puedes comer menos?'. Eso nunca va a funcionar. La solución fue innovar para que pudiésemos producir mucha más comida en una sola hectárea de tierra. Eso fue lo que hizo la Revolución Verde. No le digas a la gente que trate de hacer sus cosas con menos. Esa es una solución muy poco popular en el norte de Europa y en Estados Unidos. Y, ciertamente, es casi inmoral decírselo a la gente en Africa, que no tiene el mismo acceso a la energía. Sabemos que la energía es una vía para salir de la pobreza, así que necesitamos más energía, pero al mismo tiempo necesitamos formas para producirlas cada vez en formas más ecológicas. Por eso es que necesitamos mejorar los precios de la energía verde, bajo los combustibles fósiles. En vez de solamente instalar paneles solares ahora, hay que asegurarse de que los paneles y las turbinas puedan competir con los combustibles fósiles.

  • Pero hay diferentes realidades en los cinco continentes. ¿Qué haces para tratar con esas ideas en las múltiples posibilidades de contexto que existen en el mundo?

Evidentemente, los continentes tienen distintas situaciones. Latinomérica ha sido bendecida con mucha energía hídrica, que es limpia, no genera CO2, y que obviamente debería ser utilizada. Es algo que te da un poder base al que puedes recurrir cuando lo necesitas, a diferencia de la eólica y la solar que sólo funcionan cuando el viento sopla o cuando hay sol. Claramente tienen una ventaja frente a otros lugares. Pero al mismo tiempo hay que reconocer que si quieren tener una industria moderna, necesitan tener energía 24 horas al día, los siete días de la semana; por lo que la tendrán difícil si quieren utilizar el viento o el sol, a menos que tengan una energía de apoyo. Alemania ha sido el principal impulsor de la energía solar y eólica, pero aún así han tenido que gastar miles de millones de dólares en subsidiarlas.

La sociedad, agente activo

  • Con la existencia del terrorismo, la pobreza y problemas de naturaleza propia para cada país, ¿Acaso no hay suficientes preocupaciones para los gobiernos, antes que preocuparse del medioambiente?

Por supuesto. Yo ayudo a administrar una fundación llamada The Copenhagen Consensus, donde reunimos a más de 300 economistas destacados del mundo para que examinen todas las áreas, no sólo medioambiente, sino que nutrición, salud, guerras, violencia contra la mujer, muchas cosas. Lo que les preguntamos es cuánto podemos hacer, cuáles son las soluciones en cada una de estas áreas, cuánto costará, cuánto bien podemos hacer. En el fondo, queremos analizar cuánto bien podemos hacer por cada peso que invertimos. Tratamos de apuntar a qué deberíamos prestarle atención. Cuando la ONU le preguntó a 10 millones de personas '¿de qué debemos preocuparnos? ¿en qué deberíamos enfocaros', la gente dijo salud, nutrición, educación, trabajos y la corrupción. Al final de las 15 prioridades apareció el calentamiento global.

  • Tus libros hablan sobre que la sociedad es la que tiene que generar políticas o tomar acción en para proteger nuestros paisajes, flora y fauna. ¿Cómo nos organizamos para lograr eso?

Necesitamos tener conversaciones sobre dónde podemos hacer lo mejor. Tendemos a darle prioridad a las cosas que llaman mucho la atención. Eso sucede regularmente en los medios, si ponen fotos de bebés llorando, animales bonitos o los grupos con las mejores relaciones públicas; pero esa no es la mejor manera de priorizar. Entonces, lo que estamos haciendo es tratar de apuntar dónde se puede invertir poco dinero y generar una gran cantidad de beneficios. Hay otros en que inviertes mucho y logras poco. ¿Por qué no hacemos lo primero? Tratamos de enfatizar los problemas "aburridos".

  • Entonces, ¿esto pasa por cambiar el foco en que se están fijando los medios?

Exacto. Se trata de centrar nuestra atención en las soluciones más efectivas primero. La ONU el año pasado indicó que propondrá metas globales para el mundo, eso es algo maravilloso en que nos tenemos que centrar. Desafortunadamente, si quieres que 200 gobiernos estén de acuerdo, ellos terminan diciendo, básicamente, queremos atender todo. Hacen promesas sobre 169 objetivos, es tanto que prometen hacer todo, por todos, en todos los lugares de una vez. Eso es políticamente conveniente, porque después dicen "oye, resultó todo". Pero no lo hacen, prometen muchas cosas que realmente no van a pasar. Por eso pongan primero el foco donde se pueden obtener mejores resultados.

Lo inteligente por sobre lo sexy

  • Hablando de la población lisa y llana, dejando de lado a autoridades o miembros de fundaciones. ¿A la gente le preocupa cuidar el medioambiente?

La mayoría nos preocupamos por nuestras propias vidas, pero todos nos preocupamos un poco por el resto del mundo. Lo que quiero es asegurarme de que ese "poco" no sea invertido en lo que apareció en las noticias porque es sexy. Quiero que nos preocupemos de los problemas que están en los lugares con mayor potencial objetivo, donde podemos ayudar a una mayor cantidad de gente primero. Probablemente gastamos un uno o un dos por ciento de nuestros ingresos ayudando a otros, con el medioambiente o combatiendo la pobreza. Ocupamos el 98 por ciento en nosotros y está bien, pero ese otro dos por ciento podríamos ocuparlo para ayudar a la gente de maneras más efectivas.

  • Con eso en mente, ¿sigue siendo el cambio climático algo que preocupa? Te pregunto esto porque en los últimos años hubo un boom en los medios sobre el tema, con figuras políticas y celebridades hablando del tema, como Al Gore y Leonardo Di Caprio. ¿Sirven este tipo de intervenciones?

Te daré el peor tipo de respuesta: sí y no. Es bueno que llamemos la atención sobre que este es un problema, pero están trabajándolo de una manera en que aterrorizan. Te dicen 'todo el mundo se va a arruinar si no arreglamos esto' y eso no es así. Es un problema, no es el fin del mundo. Eso también lleva a que mucha gente quiera hacer soluciones parche inmediatas, lo que conlleva que gastemos mucho dinero en soluciones poco efectivas. Estamos todos asustados, pero no hacemos lo correcto. Entonces está bien que lo evidencien, pero nos hacen escoger las opciones erróneas. La solución es invertir en investigación y desarrollo sobre energía verde, pero eso seguramente no es ni cercanamente sexy como para que un político lo resalte. No hace que obtenga votos. Pero si dice aquí hay un parque eólico, eso hace sentir que hizo algo concreto. Necesitamos dejar de fijarnos en las soluciones sexys y fáciles y pensar en el largo plazo. Tenemos que decirle a la gente: dejen de hacer lo sexy, hagan lo inteligente.

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