La cifra se ha cuadruplicado en los últimos 10 años.
El país ocupado es el principal productor mundial de amapola blanca.
El jefe del servicio antidroga de la Policía de Irán, general Ali Moayedi, acusó a las tropas de la OTAN de haber propiciado que se haya cuadruplicado la producción de droga en Afganistán tras la invasión del país a finales de 2001 por EE.UU. y sus aliados, informó la agencia local Fars.
Según Moayedi, la producción de droga en Afganistán en 2002 fue de 2.000 toneladas y en 2012, después de diez años de ocupación del país, es de unas 8.000 toneladas, lo que para él significa que "los gobiernos occidentales ven las drogas como un negocio lucrativo".
Afganistán es el principal productor mundial de amapola blanca, de la que se extraen el opio, la morfina y la heroína, que en buena parte sale de ese país por la frontera con Irán, que los traficantes utilizan como paso hacia Europa, los países árabes del Golfo Pérsico y también las antiguas repúblicas soviéticas.
Irán, con un 89 por ciento del opio decomisado en el mundo y el 41 por ciento de la heroína y la morfina, según datos de la ONU, tiene también 1,2 millones de drogodependientes y un 70 por ciento de los 22.000 casos de sida confirmados en el país son de adictos a drogas inyectables, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
Teherán ha solicitado la ayuda internacional para la lucha contra el tráfico de drogas y el propio presidente del país ha pedido a la OTAN que trabaje para acabar con el opio en Afganistán, que produce el 92 por ciento de esta droga no destinada a uso farmacéutico.
En concepto de drogas ilegales, Afganistán ingresa, según la ONU, unos 4.000 millones de dólares anuales, de los que una cuarta parte la reciben los cultivadores y el resto se la reparten las autoridades locales, organizaciones rebeldes, grupos armados y traficantes que transportan el material al extranjero.
