Ruleta rusa: un filme independiente, pero sin espíritu alternativo
Tras recibir excelentes críticas durante el año 2001 por su trabajo en las películas Moulin Rouge (Baz Luhrmann) y Los Otros (Alejandro Amenábar), la actriz Nicole Kidman continúa entregando logradas interpretaciones en un clara nueva etapa de su carrera, iniciada con Ojos bien cerrados del desaparecido Stanley Kubrick. A esta nueva y exitosa etapa corresponde su trabajo interpretativo en "Ruleta Rusa", del británico Jez Butterworth, una actuación que es lo más rescatable, en medio de una producción que promete, pero cumple escasamente con las expectativas.
La historia se inicia con la llegada de Nadia, una impresionante Kidman con el pelo negro, a Estados Unidos para reunirse con su futuro esposo (Ben Chaplin), un cajero de banco, solitario y algo nerd, quien la solicitó a una agencia rusa que consigue parejas a solitarios occidentales. La relación parece destinada al fracaso al constatar que la joven rusa no habla inglés. En pleno proceso de reflexión para iniciar los trámites para su regreso y el comienzo de una relación basada en el sexo a falta de palabras arriban dos supuestos parientes de Nadia, quienes forzarán el primer y gran giro del filme y donde todo lo que parece ser resulta su contrario. Por primera vez, Kidman interpreta un rol tan poco correcto como Nadia, pero que lamentablemente no se decide por mostrar a una Kidman completamente maligna. Nadia posee la cuota justa de ambigüedad y también de actualidad, cuando los sitios para conseguir esposas a través de Internet, ofreciendo principalmente mujeres de Rusia y Europa Oriental, viven su apogeo en Estados Unidos. La participación de Kidman en filmes de bajo presupuesto como Los otros o Ruleta rusa, así como el de otras actrices en filmes independientes, se ha transformado en una vía fácil para obtener credibilidad, principalmente en figuras taquilleras de Hollywood como Sandra Bullock o Julia Roberts. No obstante, otras como Uma Thurman (Pulp fiction), Winona Ryder (Noche en la ciudad) o Kelly Lynch (Pandilleros de la droga) han mantenido el nexo con el cine independiente desde sus inicios. En el caso de Ruleta Rusa, el espíritu alternativo sólo aparece en la primera parte del filme, cargado de ironía y humor negro. Sin embargo, al pasar los minutos, se transforma en una película de aventuras con toques policíacos que echa por tierra lo logrado en su comienzo. Ruleta rusa deja la sensación de no haber entregado todo lo que prometía en su comienzo, conservando como gran, y casi único valor, la actuación de Nicole Kidman y, en menor medida, de su compañero Ben Chaplin (La verdad acerca de perros y gatos).