Policía secreta de la RDA trató de buscar supuesto pasado nazi del Papa
Los agentes no encontraron nada comprometedor, salvo que Joseph Ratzinger, sirvió en las Juventudes Hitlerianas entre los 14 y los 17 años.
La policía secreta de la desaparecida República Democrática Alemana, la Stasi, espió desde 1974 a Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, con intención de perjudicarlo con informaciones comprometedoras sobre su pasado en las Juventudes Hitlerianas, lo que no logró encontrar.
Ratzinger era considerado por las autoridades germano-orientales un "enemigo acérrimo del comunismo" y se pretendía obstaculizar su carrera, según informaciones del dominical Bild am Sonntag, basadas en la consulta de los archivos de la Stasi.
Este rotativo tuvo acceso a ese material, facilitado por la responsable del departamento que custodia las actas de la Stasi, Marianne Birthler, que fue autorizada por el Papa para facilitar esa consulta.
El dominical había solicitado permiso el pasado febrero para acceder al acta "Influencia de la Stasi en la Iglesia con el ejemplo Ratzinger".
El departamento de Birthler transfirió el material primero al Vaticano y luego recibió su autorización por escrito.
De acuerdo con esas actas, el seguimiento de Ratzinger por la Stasi empezó en 1974, siendo éste profesor de Teología, y se prolongó al menos hasta 1987.
De 1979 consta un acta, realizada por un confidente con el nombre clave "Georg", en que se hablaba de que el Vaticano quería nombrar a Ratzinger responsable de la Congregación de la Fe, lo que efectivamente ocurrió dos años después.
Luego, a medida que aumentaba la influencia de Ratzinger en la Santa Sede, otro informe le catalogaba de "enemigo acérrimo del comunismo" y decía que entre sus tareas estaba la participación en las actividades anticomunistas de la Iglesia Católica, especialmente en Latinoamérica.
Según Bild, el objetivo de la Stasi era deslegitimar al ahora Papa con material comprometedor.
Ratzinger sirvió en las Juventudes Hitlerianas entre los 14 y los 17 años, cuestión que en esos tiempos era prácticamente obligatoria para todos los muchachos del Reich. (EFE)