Rosa Montero cree que un buen novelista no puede pretender vivir de la literatura
Según la española, los autores deben buscar un oficio paralelo que les permita abstraerse de las presiones ambientales, a fin de no caer en el error de publicar un texto antes de tiempo.
La española Rosa Montero, una de las atracciones de la 25º versión de la Feria del Libro de Santiago, recomendó a las nuevas generaciones de escritores buscar un trabajo paralelo que les permita total libertad a la hora de dar forma a un relato.
"La novela debería ser un ámbito de absoluta libertad y es difícil mantenerse libre porque hay una presión tremenda del mercado, de vender, de tu propia vanidad, de tu propia necesidad, de tu propia fragilidad, y tienes que hacer un esfuerzo para mantener libre", de las influencias, señaló a Libro Abierto la autora de "Historia del rey trasparente".
Encima si tuvieras que pagar la hipoteca de tu casa con tus novelas "es imposible que seas libre", porque por ejemplo yo tardo una media de tres años en escribir, y no faltaría quien se viera tentado al año a "dar una porquería de novela" con tal de conseguir un adelanto de dinero por parte de la editorial respectiva, indicó.
Por ello, aunque confiesa que el periodismo "no está en su corazón", sigue ejerciendo como cronista, pero ya no a tiempo completo sino que como colaboradora del diario El País, estatus que le permite "dedicar más tiempo a mis novelas, a la vida y a leer y reflexionar".
Estaba convirtiéndose en algo difícil de sobrellevar, pero ahora estoy viajando menos, y escribiendo artículos, columnas de opinión y de vez en cuando alguna entrevista, algún reportaje, relató la mujer de 54 años, que sigue trabajando en las comunicaciones "porque no quiero vivir de la narrativa porque la narrativa debe ser independiente".
Montero se encuentra de visita en Chile para lanzar su novela "Historia del rey trasparente", un relato de aventuras que transcurre en pleno conflicto de las cruzadas y cuya narradora es una joven campesina que por circunstancias de la vida se ve obligada a convertirse en un guerrero.
La autora europea sostuvo que la obra "metafóricamente representa la vida de muchas mujeres que pueden decir nací sierva y soy libre", y a la vez es el relato de una persona que poco a poco "se va reencontrando con su identidad".
"Nos sucede bastante a todas, que realmente tenemos que disfrazarnos un poco de hombrecitos para competir en el mundo exterior y para sobrevivir, aunque ha mejorado muchísima la situación", señaló.
Según ella, el texto aborda "la búsqueda de tu propio lugar en el mundo, la búsqueda de tu identidad, de saber quien eres, de aceptarte, de conseguir estar a gusto en tu piel, saber cuales son tus verdaderos deseos, lo que es dificilísimo. Nos lleva la vida saber que es lo que deseamos de verdad, porque vivimos en un pantano confusísimo de los deseos heredados, de los deseos maternos, paternos, deseos que los otros depositan sobre nosotros".
En búsqueda de la madurez literaria
Rosa Montero aseguró que "la madurez de un narrador pasa porque éste sea lo suficientemente humilde como para dar un paso atrás y permitir que sus personajes le cuenten la historia, para permitir que sus personajes le enseñen lo que tienen que enseñar".
Según dijo, "el autor joven, que yo también lo he sido (lo fui), es un pelmazo verborreico que está deseoso de inundar el mundo con sus ideas y que usa a sus personajes como meras marionetas trasmisoras de sus pensamientos y por eso esas novelas son malas".
"A medida que vas creciendo vas aprendiendo a eso, a borrarte, y a dejar que los personajes te cuenten el mundo, te cuenten las historias y tú aprendes" de tus escritos, agregó la española cuyo último trabajo literario será lanzado a las 19:00 horas de este viernes en la Estación Mapocho. (Cooperativa.cl)