Chirac llamó a la calma ante temor a una explosión de violencia en París

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Autor: Cooperativa.cl

El jefe de Estado francés instó a respetar la ley luego de la sexta noche de violencia en barrios periféricos de la capital.

El presidente francés, Jacques Chirac, rompió este miércoles su silencio, tras la sexta noche de disturbios en barrios periféricos de París, para llamar a la calma y pedir la aplicación firme de la ley pero en "un espíritu de diálogo y respeto".

 

"La ausencia de diálogo y la escalada de la falta de respeto llevarían a una situación peligrosa", advirtió Chirac en Consejo de ministros, según el portavoz del Gobierno, Jean-Francois Copé.

 

El jefe de Estado pidió al Ejecutivo que en un mes haga propuestas para "acelerar y reforzar" la eficacia de las medidas a favor de la igualdad de oportunidades.

 

"Debemos actuar" según los principios de la República. "Cada cual debe respetar la ley; cada cual debe tener su oportunidad", dijo, a la vez que rechazó que haya "zonas de no derecho" en el país.

 

Las declaraciones de Chirac fueron vistas como un llamado a la calma en los barrios pero también como una petición al Gobierno y a su mayoría de derechas para que, al menos en público, dejen de lado las disputas, ante el temor a una explosión de violencia.

 

En el ojo de la tormenta política se encuentra el ministro de Interior, líder del partido conservador gobernante (UMP) y aspirante al Elíseo en 2007, Nicolas Sarkozy, acusado de echar leña al fuego al llamar "chusma" a los jóvenes de los barrios violentos, donde hay muchos inmigrantes y focos de pobreza, desempleo y delincuencia y que dice que quiere "limpiar con una manguera de presión".

 

Tras el Consejo de ministros, el primer ministro y fiel de Chirac, Dominique de Villepin, reunió a una decena de ministros para tratar sobre la violencia en "las zonas urbanas sensibles", y calificó los hechos de "sumamente graves".

 

Entre los presentes estaban Sarkozy, pero también el ministro delegado de Promoción de la Igualdad de Oportunidades, Azouz Begag, sociólogo de origen argelino, quien criticó la "semántica guerrera" del primero.

 

Begag dijo también que "siempre hay que escoger las palabras" cuando se habla con los pobres, y, sobre las mediáticas visitas de Sarkozy a los barrios difíciles, señaló que "hay que dejar de ir con cámaras y periodistas a estas zonas de pobreza y susceptibilidades".

 

El titular de Interior consideró este miércoles que Begag "no" le ha facilitado la labor con sus palabras, mientras que sus fieles pidieron la dimisión del ministro de Promoción de la Igualdad de Oportunidades, quien no ha visitado aún el barrio de Clichy-sous-Bois donde se originó la ola de disturbios el jueves 27 de octubre.

 

Esa noche, dos adolescentes que, erróneamente según las autoridades, se creían perseguidos por policías, murieron electrocutados al refugiarse en un transformador eléctrico.

 

Ese hecho gatilló la situación explosiva de los barrios periféricos. Siguieron en Clichy varias noches consecutivas de choques entre bandas de jóvenes y cientos de policías antidisturbios, con incendios de coches y papeleras y pedradas. El lanzamiento (de origen indeterminado) de una granada en una mezquita agravó las cosas.

 

Mientras la noche del martes 1 de noviembre fue más tranquila en Clichy, los disturbios se extendieron a otros barrios periféricos, con decenas de autos incendiados, enfrentamientos entre jóvenes y policías.

 

Según Sarkozy, hubo 34 detenciones durante la noche. Este miércoles debían comparecer ante un juez varios de los jóvenes arrestados durante el fin de semana. Tres ya han sido condenados a dos meses de cárcel.

 

Los padres de los dos electrocutados en Clichy fueron recibidos la noche del martes por De Villepin, quien prometió que el caso será esclarecido e hizo saber que esa misma noche habría una reunión de funcionarios y cargos electos para "abrir el diálogo".

 

De Villepin, considerado como delfín de Chirac y por tanto rival potencial de Sarkozy en las Presidenciales de 2007, había estado al margen de los disturbios mientras arreciaban las críticas a la gestión del caso.

 

Mientras, la oposición de izquierdas acusó al Gobierno de crear una situación "explosiva" en los barrios y el líder socialista, Francois Hollande, decretó la "tolerancia cero" para Sarkozy, quien, dijo, está "obnubilado sólo" por su candidatura al Elíseo. (EFE)