La princesa Sayako abandonó la vida imperial al casarse con plebeyo

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Autor: Cooperativa.cl

En una ceremonia íntima la única hija del emperador japonés contrajo matrimonio con Yoshiki Kuroda, un funcionario del Gobierno cuya condición la obligó a despojarse de su título nobiliario.

La princesa Sayako, única hija del emperador de Japón, renunció este martes a los privilegios de la vida imperial al casarse con el funcionario del Gobierno de Tokio Yoshiki Kuroda, en una discreta ceremonia.

 

Después de un año de preparativos y rituales tradicionales prematrimoniales, Sayako, de 36 años, abandonó definitivamente los derechos que le corresponden como miembro de la realeza por unirse a un plebeyo, tal y como establece la Ley Imperial.

 

La "princesa Nori", según el apelativo cariñoso del pueblo japonés, es la tercera de los tres hijos del emperador Akihito y la emperatriz Michiko, y la única que quedaba aún por casarse.

 

El sábado 12 de noviembre se despidió de sus padres de manera oficial con el ceremonioso rito Choken-no-gi, y este martes realizó su último paseo junto a ellos por los jardines de palacio al levantarse, según la cadena de televisión pública NHK.

 

Uno de los momentos más emotivos se produjo al subir Sayako al automóvil que le condujo hasta el hotel Imperial, donde se celebró la boda.

 

"Nuestros lazos familiares no cambiarán, por lo que ven a vernos de vez en cuando", a pesar de abandonar la condición imperial, señaló el emperador, según afirmó Sayako en un comunicado.

 

En el corto trayecto entre el palacio y el hotel, que a pesar de su denominación nada tiene que ver con la institución monárquica, la novia fue acompañada por más de 5.000 personas que aplaudían y gritaban "Banzai" (larga vida).

 

La ceremonia de enlace se celebró en la intimidad, con unos 30 invitados, los miembros más cercanos de ambas familias, sin cámaras de televisión.

 

Yoshiki Kuroda, de 40 años, antiguo banquero y amigo de la infancia del hermano menor de su ahora esposa, Akishino, dio su visión sobre la vida matrimonial que les espera.

 

"Espero una vida familiar tranquila y relajada, un hogar en el que se respeten las ideas de cada uno. Habrá muchas cosas a las que no estamos acostumbrados, así como sucesos inesperados, pero unidos trataremos de superarlos paso a paso", indicó.

 

Hacía 45 años que la hija de un emperador reinante no contraía matrimonio con una persona sin orígenes reales. La última fue la princesa Takamado, hija de Hirohito, en 1960, al casarse con un banquero. (EFE)