Políticos y religiosos de Irak buscan la reconciliación en El Cairo
Por tres días se extenderá en Egipto la conferencia de líderes iraquíes para detener la espiral de violencia que pone en riesgo la convivencia de los grupos étnicos y religiosos en ese país.
Líderes religiosos y políticos iraquíes comienzan este sábado en El Cairo una conferencia de tres días en un intento de detener la espiral de violencia y sangre que pone en riesgo la convivencia de los diferentes grupos étnicos y religiosos en el país mesopotámico.
"Lo que buscamos es superar la crisis para construir el nuevo Irak y lograr la unidad entre todas sus facciones", explicó el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en su discurso inaugural.
El dignatario pidió a los grupos reunidos en El Cairo que aparten sus diferencias para construir "el Irak del futuro, donde el consenso nacional supere las consideraciones religiosas, étnicas o comunitarias".
Además, Mubarak pidió a los países vecinos de Irak que colaboren en la reconstrucción del país sin intervenir en los asuntos internos.
La conferencia de El Cairo es la más importante reunión de líderes de las diferentes facciones religiosas y étnicas iraquíes para tratar de acabar con la violencia que arrasa el país y que ha costado la vida a decenas de miles de personas, la mayoría de ellos civiles.
Por su parte, el presidente de Irak, Yalal Talabani, señaló, en su discurso, la necesidad de que cada "comunidad iraquí reconozca a las demás".
"Cualquier intento de ignorar a los demás no tendrá ningún éxito", explicó Talabani.
Talbani, líder de la Unión Patriótica del Kurdistán, defendió la invasión de Irak en 2003 por una coalición internacional encabezada por Estados Unidos y afirmó que "la guerra no era la mejor opción pero era la única para librar a la población iraquí del régimen dictatorial (de Sadam Husein)".
El presidente iraquí pidió, además, una "condena mundial" del terrorismo y aseguró que "los agentes del anterior régimen (de Sadam) deben ser excluidos del proceso de reconciliación" iniciado este sábado.
Esta proposición fue secundada por los líderes chiíes y kurdos, que gobiernan en coalición, que amenazaron con boicotear la reunión de El Cairo si se invitaba a antiguos miembros del partido Baaz.
El primer ministro iraquí, Ibrahim Al Yafari, dijo que no existe ninguna posibilidad que los antiguos miembros del partido Baaz "se unan al proceso de reconciliación".
Más de 100 personalidades iraquíes participan en la conferencia de hoy sábado, auspiciada por la Liga Arabe, organización que decidió no plantear una agenda y dejar a los participantes que discutieran sobre los asuntos que consideraran oportunos en los tres días de reuniones.
Fuentes de la organización panárabe señalaron que los líderes de la comunidad árabe suní insistirán durante las deliberaciones en establecer "un calendario" para la retirada de las tropas extranjeras de Irak como condición previa al proceso de reconciliación.
"Un océano separa a los participantes. Eliminar esa distancia requiere un milagro", señaló a un responsable de la Liga Arabe en referencia a las importantes divergencias entre el Gobierno de chiíes y kurdos y la minoría sunita.
El presidente iraquí, junto a los líderes chiitas, afirmó que la retirada de las tropas llevaría al país a la guerra civil y a su desmembración.
"La continuación del terrorismo justifica la presencia de tropas extranjeras en Irak", dijo Hamam Hamudi, representante del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak (CSRII), la máxima institución política chií del país.
En el salón de actos de la sede de la Liga Arabe, los líderes sunitas se sentaron juntos a un lado, mientras que los chiitas se agruparon en el extremo opuesto.
Hariz Al Dari, representante de la Asociación de Ulemas Musulmanes, el principal grupo religioso sunita, señaló en un comunicado, difundido antes del inicio de las sesiones, que el establecimiento de un calendario para la retirada de tropas extranjeras será el factor clave para que el país recupere la estabilidad.
"Lo que sucede en la tierra iraquí, donde los derechos humanos son violados por las tropas de ocupación y por algunos servicios de seguridad (iraquíes) es muy serio", agregó en referencia a las acusaciones de que miembros del Ministerio de Interior iraquí, dominado por chiíes, torturaron a más de 170 detenidos árabes sunitas. (EFE)