Castro lanzó cruzada contra la corrupción y por la "verdadera igualdad"
"Nadie espere contemplaciones", sentenció el líder cubano al anunciar su ofensiva política interna, contra los "nuevos ricos" y "los que no trabajan".
El presidente cubano, Fidel Castro, está volcado en una guerra sin cuartel contra la corrupción en el país, que ya empezó a dar resultados con las intervenciones de las estaciones de servicio por los trabajadores sociales; medida que también apuesta por lograr la "verdadera igualdad" en el proyecto revolucionario que lidera desde 1959.
Apenas una semana después de que anunciara la batalla contra las "desviaciones" del régimen, en un largo discurso Castro reiteró la noche del pasado miércoles que su intención es no dejar resquicio al delito.
"Nadie espere contemplaciones", indicó Castro en una intervención de más de cuatro horas en la televisión estatal, en la que aprovechó para explicar las subidas de salarios, pensiones y tarifas de electricidad.
Fidel Castro aseguró que la estrategia de depurar los actos de corrupción es un plan que "va a millón (de velocidad), no para, casi es una guerra".
El líder cubano acusó a los "nuevos ricos" y a "los que no trabajan" de aprovecharse de las subvenciones que ofrece el Gobierno y aseguró que las subidas de salarios, pensiones y tarifas eléctricas anunciadas plantean "una verdadera igualdad".
"¿Cuántos viven en Cuba sin trabajar?", cuestionó Castros, antes de subrayar que "todos saben que los que mejor viven en Cuba son los que menos trabajan".
Asimismo, ensalzó la labor de los trabajadores sociales, a los que confió el trabajo de intervenir en esta etapa abierta a mediados del mes de octubre, mediante controles en todas las estaciones de servicio del país, y destacó los resultados obtenidos.
Los trabajadores sociales "entran en acción rápidamente, ellos suelen actuar de madrugada y siempre se aparecen al amanecer, sobre todo cuando hacía falta, pero estos (los corruptos) no escarmientan", dijo.
"Los servicentros están vendiendo el doble y más del doble, lo que vende en pesos convertibles y divisas (...). En esos servicentros se robaba el doble o más del doble, no estoy exagerando", destacó el presidente cubano sobre el millonario fraude destapado en las última semanas.
Castro agregó que "creía que algunos por cuestiones de vergüenza dejarían de hacer lo que están haciendo".
"Hablo serio", reiteró en varias ocasiones el presidente, quien destacó las virtudes de las medidas económicas decretadas el pasado miércoles, y que supondrán un incremento medio mensual de 43 pesos cubanos (unos dos dólares) a partir de diciembre para 2,2 millones de trabajadores.
Además, se mantendrán las tarifas para los usuarios que consumen 100 kilowatios/hora al mes, con un precio subsidiado de nueve centavos de peso cubano por kilowatio/hora, aunque se aumentarán a partir de esa cantidad de forma proporcional en función del consumo en porcentajes que van desde el 50 hasta el 330 por ciento.
Castro aseguró que en las subidas contempladas en el primer paquete de medidas decretadas, como parte de esta nueva ofensiva para crear una sociedad "totalmente nueva", "no va a haber nunca nada que no beneficie al que vive de un salario, de una pensión".
Las subidas salariales para reconocer "a cada cual según su trabajo", las mejoras en las prestaciones asistenciales y los aumentos en las tarifas eléctricas para penalizar el despilfarro constituyen los primeros pasos de esta etapa.
Algunos medios locales, todos oficiales por cierto, ya han bautizado esta etapa como una "revolución dentro de la revolución". (EFE)