Servicio meteorológico de Rusia pronosticó temperaturas de hasta 50 grados bajo cero
Ya ascienden a 128 las víctimas mortales que ha causado el frío en Moscú en lo que va de invierno, mientras se ha tenido que racionar la energía eléctrica por la alta demanda.
El servicio meteorológico de Rusia advirtió este sábado de la llegada de una nueva ola polar ártica, con temperaturas de entre 20 y 50 grados bajo cero, que afectará la próxima semana casi todo el territorio del país.
En Novosibirsk, Siberia Occidental, las temperaturas cayeron anoche, en solo nueve horas, en 26 grados centígrados, de cinco a 31 grados bajo cero, y se esperan más de 40 grados bajo cero en los próximos días.
Rinat Yagudin, portavoz del centro meteorológico de Novosibirsk, indicó en declaraciones a la agencia RIA-Novosti, que en otras regiones de Siberia occidental, como en Tomsk, el alcohol de los termómetros descenderá hasta la cota de los 50 grados bajo cero.
Según Yagudin, estas temperaturas son de entre 10 y 15 grados centígrados inferiores a las que registran habitualmente en esta época en Siberia Occidental y mantendrán hasta fines de mes.
En tres regiones de la república de Altái, en Siberia central, junto a la frontera con China, fueron suspendidas las clases y 8.000 escolares se quedaron este sábado en sus casas debido a que las temperaturas cayeron hasta los 35 grados bajo cero.
La "invasión ártica", como han denominado el fenómeno los meteorólogos, ha llegado hasta el suroeste de Rusia, al Cáucaso Norte, con temperaturas de hasta 16 grados bajo cero en la llanura de Chechenia, donde los inviernos no son de tanta crudeza.
Moscú, donde esta semana por primera vez en la historia de observaciones meteorológicas la temperatura se mantuvo por debajo de los 25 grados bajo cero durante más de 72 horas, amaneció este sábado con 23 grados bajo cero, pero el viento y la nieve hicieron pasar desapercibido el aumento.
Al menos cinco personas murieron por hipotermia en la capital rusa en las últimas 24 horas y otras 19 tuvieron que ser hospitalizadas por presentar síntomas de congelación, con lo que ascienden a 128 las víctimas mortales que se ha cobrado el frío en Moscú en lo que va de invierno.
El jefe del Departamento de Obras del Municipio de Moscú, Vladímir Resin, afirmó que debido a la ola polar poco más de dos tercios del millón de personas que trabajan en el sector de la construcción de la capital han tenido que paralizar sus labores.
"Primero, con este frío no se puede realizar trabajos de calidad; segundo, no se puede poner cemento con estas temperaturas, pues hay que calentarlo y el suministro de electricidad está restringido", dijo Resin a un grupo de periodistas.
No sólo el frío bate récords en Moscú: el consumo de energía eléctrica se disparó hasta los 16.100 megavatios, lo que ha obligado a las autoridades a aplicar medidas de racionamiento, que han afectado a algunos sectores de la industria y del comercio.
Las capacidades generadoras de electricidad del país trabajan al límite de su capacidad, admitió Anatoli Chubáis, presidente de Sistemas Energéticos Unidos (SES), la electrificadora monopolista del país.
Desde el pasado viernes, la capital rusa y la provincia de Moscú se encuentran en régimen de ahorro de energía y, aun así, las subestaciones eléctricas, sobre todo en la provincia, experimentan sobrecargas importantes.
Tras una semana de frío ártico los moscovitas ya no se sorprenden por las súbitas descargas de las baterías de diversos artilugios electrónicos, ni por el escaso tráfico, pues un porcentaje elevado de los automóviles no arranca.
La ola polar ha deparado también otras sorpresas a los automovilistas: los techos de dos de los utilitarios importados más populares en el país sufren una deformación cuando los vehículos salen de un garaje templado a la intemperie.
Afortunadamente para los dueños de los coches, el techo del vehículo recupera su forma original cuando regresa a un lugar templado.
Además, el "frío de perros" ha vuelto agresivos a los canes callejeros, que se reúnen en manadas y pueden atacar, advierten las autoridades, sin motivo a los transeúntes. (EFE)