Policías palestinos tomaron sede del Parlamento en Gaza
Unos 30 agentes se atrincheraron en el interior del recinto legislativo para expresar su temor a ser despedidos cuando el movimiento Hamas asuma el poder y respaldar al presidente Abu Mazen.
Un grupo de policías palestinos tomó la sede del Parlamento en un acto de protestar por la victoria del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) en las elecciones legislativas del pasado 25.
Fuentes palestinas dijeron que unas 30 personas armadas entraron en el edificio y se atrincheraron en el interior.
Agregaron que esta misma acción se ha repetido en los últimos días y que el objetivo de los policías es expresar su temor a que puedan ser despedidos cuando el movimiento Hamas asuma el poder.
La corresponsal de Radio Cooperativa en Medio Oriente, Hanna Beris, detalló que parte de los policías se apostó en el tejado del Parlamento y que la protesta no sólo pretende evitar sus despidos sino también expresar su absoluto respaldo al actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abu Mazen.
Desde que se dio a conocer la aplastante victoria del movimiento islámico en las elecciones legislativas, agentes de la Policía y milicianos de las Brigadas de Al Aksa han llevado a cabo manifestaciones y protagonizado enfrentamientos con otros grupos, en lo que se interpreta como una puja por el control de las calles.
Los pasados días viernes 27 y sábado 28 de enero también se registraron enfrentamientos entre militantes del oficialista movimiento Al Fatah que pedían la dimisión de la "vieja guardia" del movimiento -por su responsabilidad en la derrota electoral- y las fuerzas del orden.
El pasado domingo, miembros de las Brigadas de Al Aksa incluso amenazaron con atacar a los líderes de Al Fatah si deciden incorporarse a un Gobierno dirigido por los islamistas.
En un comunicado a la prensa, el grupo armado decían que "estamos en el camino de Yaser Arafat, y atacaremos a cualquier político de Fatah que se sume a un Gobierno de Hamas".
Ala Sanagra, líder de las Brigadas de Al Aksa en la ciudad cisjordana de Naplusa, dijo que después de las elecciones "la tregua ya no es obligatoria y apuntaremos nuestras balas tanto a Israel como a los líderes corruptos de Al-Fatah".