Presidente colombiano destituyó a jefe del Ejército por torturas a efectivos

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Autor: Cooperativa.cl

Los apremios fueron denunciados el lunes por una revista y el jefe de Estado sólo se enteró de ellos por la prensa.

El gobierno colombiano destituyó como comandante del Ejército al general Reynaldo Castellanos tras el escándalo por torturas y abusos a que fueron sometidos 21 soldados en un centro de entrenamientos de la institución, se informó este martes.

 

La separación de Castellanos del cargo fue decidida hacia la medianoche del lunes en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, en una prolongada reunión del presidente Alvaro Uribe con el ministro de Defensa, Camilo Ospina, y los altos mandos de las Fuerzas Militares.

 

La destitución del jefe militar fue informada este martes por portavoces de la sede gubernamental, quienes dijeron que en su lugar se designó al general Mario Montoya, actual jefe del Comando Conjunto del Caribe, con sede en el balneario caribeño de Santa Marta.

 

La reestructuración del mando fue divulgada en un breve comunicado por el Servicio de Noticias del Estado (SNE), que dijo que Uribe llamó a Montoya a que asumiera el puesto en lugar de Castellanos, quien formalizó su retirada del Ejército.

 

Según una versión de la radio bogotana RCN, Montoya se enteró de su nombramiento en Santa Marta y se espera que este mismo martes viaje a Bogotá para asumir el cargo.

 

La separación del general Castellanos de la Comandancia del Ejército fue adoptada horas después de que el presidente Uribe se declarara molesto por no haber recibido de forma oportuna los informes oficiales sobre el caso de los soldados.

 

Los abusos fueron denunciados en su más reciente edición por la revista Semana, mediante un informe con testimonios de los propios afectados y fotografías de las actividades de instrucción en las que fueron sometidos a torturas, ultrajes o abusos.

 

Los hechos tuvieron lugar en el Centro de Instrucción y Entrenamiento (CIE) del Ejército Nacional, situado en la localidad de Honda, a unos 100 kilómetros al noroeste de Bogotá, y con ellos fueron implicados al menos dos oficiales, dos suboficiales y un soldado profesional, ya detenidos o llamados a declarar.

 

Uribe deploró el lunes en el balneario de Cartagena que los altos mandos "se hayan demorado en contarle a la opinión pública lo sucedido allí".

 

"Contemos con incurable buena fe nuestros errores y vicisitudes", pidió el gobernante, y agregó que "cuando yo he conocido oportunamente estos errores, he sido el primero en transmitirlos a la ciudadanía".

 

El presidente observó que lo ocurrido era doloroso y muy grave, y resaltó que "la Fuerza Pública y el Gobierno, en el Estado de opinión, tienen que anticiparse con la verdad, no esperar a que vengan los medios de comunicación con ganzúa para publicar qué fue lo que realmente ocurrió". (EFE)