Italia entra en tramo final en las elecciones entre Berlusconi y Prodi
Hasta las 13:00 GTM podrán votar el 33,5 de electores que aún no concurreb a las urnas para definirse entre "il cavalieri", de derecha, y el candidato de la centroizquierda.
Los italianos volvieron este lunes a las urnas en la segunda jornada de elecciones generales, después de que el domingo depositara su voto el 66,5 por ciento de los electores.
Los colegios electorales reabrieron sus puertas a las 07:00 horas local (05:00 GMT) y cerrarán a las 15:00 (13:00 GMT), e inmediatamente después se difundirán los primeros sondeos a pie de urna, mientras comienza el escrutinio de los votos.
Estos decidirán entre la continuidad de Silvio Berlusconi, que lleva cinco años en el Gobierno y el líder del centroizquierda, Romano Prodi.
En las generales de 2001 votó el 81,4 por ciento de los electores, una cifra que según los analistas podría superarse en estos comicios, precedidos de una áspera campaña electoral llena de acusaciones cruzadas entre los dos rivales.
Aunque desde hace 15 días no se publican nuevos sondeos -la normativa electoral italiana lo prohíbe-, los últimos conocidos daban a Prodi una ventaja de entre 3,5 y cinco puntos sobre el jefe del Gobierno.
La primera jornada de votación transcurrió en un ambiente de normalidad, aunque hubo algunos incidentes aislados, como el lanzamiento, antes de la apertura de las urnas, de tres cócteles molotov y la colocación de un artefacto explosivo casero, que no estalló, en un colegio electoral de Vittorio Veneto (noreste del país).
Las autoridades creen que los responsables del suceso fueron miembros de un grupo anarquista, del que se encontraron octavillas en el lugar de los hechos.
No faltaron incidentes burocráticos como el de un conocido empresario de Frosinone, cerca de Roma, que cuando acudió a ejercer su derecho constató que, según las listas oficiales, había "fallecido", ante lo que dejó el colegio electoral airado después de prometer una querella.
También hubo polémica por la presencia de crucifijos en algunas de las aulas electorales, ya que hubo votantes que exigieron que fueran retirados alegando el laicismo del Estado, e incluso un ciudadano se negó a depositar su papeleta cuando los responsables rechazaron quitar el símbolo cristiano.
La controversia prosiguió este lunes cuando Forza Italia, el partido de Berlusconi, pidió a través de su representante Francesco Giro "la inmediata recolocación" del crucifijo en varias sedes electorales de las provincias de Ancona, Terni y Treviso.
Giro, responsable nacional de Forza Italia para las relaciones con el mundo católico, definió como "un ataque a la identidad religiosa y cultural de Italia" la retirada del crucifijo, antes de insistir que según la ley se trata de un símbolo "idóneo" para expresar "el elevado fundamento de los valores civiles".
A estas elecciones están llamados más de cincuenta millones de italianos, de los que casi tres millones son residentes en el extranjero y, por primera vez, han podido participar depositando su sufragio en los consulados.
Sus votos se los disputan dos alianzas, la conservadora Casa de las Libertades, de Berlusconi, y la progresista La Unión, de Prodi, integradas por un total de 26 partidos que se distribuirán 630 escaños de la Cámara de Diputados y 315 del Senado.
El reparto se hará conforme al sistema proporcional establecido por una reforma de ley aprobada en diciembre a instancias del propio Berlusconi con duras críticas por parte de la oposición, que la consideró hecha a la medida de la coalición conservadora porque penaliza a los pequeños partidos, la mayoría de izquierda. (EFE)