Dos diarios revivieron a Augusto Pinochet en entrevistas inéditas
En los documentos, publicados este domingo en los diarios La Tercera y El Mercurio, el ex dictador se refirió a distintos personajes de su entorno durante el régimen militar, y aseguró que jamás dio "una orden mala".
Los diarios La Tercera y El Mercurio revivieron la figura del recién fallecido ex dictador, Augusto Pinochet, a través de la publicación de entrevistas inéditas donde Pinochet justificó sus actos y se calificó a sí mismo como "demócrata".
La publicación de La Tercera corresponde a una entrevista que una historiadora y tres directivos de la universidad privada Finis Terrae le hicieron a Pinochet mientras estaba detenido en Londres, mientras que El Mercurio sacó a la luz otra entrevista, hecha en septiembre de 1998.
De acuerdo a sus declaraciones, Pinochet puso al general Manuel Contreras al frente de la represión "porque era bravo" y reconoció que tuvo problemas con el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Gustavo Leigh, desde el día del golpe.
También encontraba "prepotente" al cardenal Raúl Silva Henríquez, y sentía "desagrado" hacia el ex Presidente Patricio Aylwin, a quien entregó el poder en 1990, tras haber perdido el plebiscito de 1988.
Yo dirigí la batalla de Santiago
El documento revela que Augusto Pinochet recalcó en todo momento que él fue el autor intelectual y líder del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
"Ese día yo dirigí la batalla de Santiago. No me vengan a contar el cuento que fulano... Yo la dirigí. Hice avanzar primero unas unidades... Ya estaba planificado cómo sería el avance, porque se dieron las órdenes el día anterior. Así es que no hubo otro participante más que yo", aseguró.
Saque a Contreras porque me mintió
"Puse a Contreras (al frente de la represión) porque había que apretar, era necesario un hombre que fuera bravo porque los otros (los miembros de la izquierda) eran harto bravos", dijo y añadió que lo sacó de su cargo de jefe de la DINA, la policía secreta, "porque me mintió", aseguró el ex dictador respecto a su colaborador Manuel Contreras.
Aseguró que él jamás dio "una orden mala" y que dispuso "que no se apremiara a los detenidos. Si me fallaron, ¿qué culpa tengo yo? Cuando sabía que había apremio a algún fulano, hacia un sumario, lo mandaba a la Justicia. Tampoco los podía fusilar (a los agentes)".
En la entrevista, el ex dictador explicó que "la persona que tiene a cargo un servico de inteligencia toma todas las medidas que considera necesarias y responde ante el Presidente de la información que entrega (...) Yo no le preguntaba 'Oye, ¿a quién matarás?'".
Creí que se me iba a sublevar la Aviación
Pinochet afirmó que el general Gustavo Leigh, el 11 de septiembre de 1973, se mostró reacio a bombardear La Moneda. "¿Qué pasa -le dije- que no llegan los aviones. Parece que (Leigh) no quería... alcancé a mover los tanques con los cañones... la iban a hacer añicos", sostuvo.
Por esta razón, Pinochet explicó que tuvo problemas con Leigh desde el primer momento.
"Ese día (del golpe) se tiró contra José Toribio Merino, porque Merino todavía no estaba nombrado en forma definitiva (...). Tuvo su problema con Merino. Conmigo no, ya me había agachado la cabeza", afirmó.
Agregó que en julio de 1978, cuando Leigh fue destituido tras haber demandado una transición de cinco años para entregar el poder, "creí que se me iba a sublevar la Aviación".
Tras el plesbiscito, Matthei estaba endiosado
Sobre Fernando Matthei, el primer miembro de la Junta Militar que reconoció el triunfo de la oposición en el plebiscito, afirmó que ese día "estaba endiosado porque le habían hecho muchos favores los que iban a llegar al Gobierno".
"Matthei llegó solo a La Moneda, y la Fuerza Aérea, con el respeto que me merece, no es para dominar un Ejército... Cuando llegó Mattheime dijo 'aquí vengo'. '¿Viene a qué?', le dije. El venía a representar que tomaba el mando".
El ex dictador, además, admitió que recibió recomendaciones de otros colaboradores para no entregar el poder, pero al pedírsele nombres se limitó a decir: "no me acuerdo".
Mis generales agachaban la cabeza ante Silva Henríquez
Sobre el cardenal Raúl Silva Henríquez, que defendió los derechos humanos durante su régimen dictatorial, dijo que "lo encontraba un prepotente" y que para relacionarse con la Iglesia Católica, "puse a un general, después a otro y a otro. No daban resultado porque todos son medio pechoños (muy católicos). Agachaban la cabeza. Yo no les agachaba la cabeza (a los obispos) porque los conozco".
"Era muy sátrapa. Cuando a mí me nombraron coronel relacionador de la Escuela Militar con los cardenales (para la peregrinación del Carmen) pasamos las rabias más grandes con este caballero. Uno decía una cosa y él salía con otra. No podía ver a los militares... Era muy fregado el fraile ese".
El señor Aylwin me desagrada
Respecto a la figura de Patricio Aylwin, bajo cuyo gobierno el Ejército se movilizó dos veces por orden suya para impedir la investigación de un pago irregular a su hijo Augusto, Pinochet dijo que el ex Mandatario siempre le recordaba que le había pedido renunciara al Ejército cuando asumió el mando y él se negó.
"Me decía siempre: yo le pedí a usted que se fuera, pero usted me dijo que no... Si en esa época yo no me meto en algunas cosas, capaz que le hubiera pasado algo al gobierno. No quiero ni acordarme de él. El señor Aylwin me desagrada", afirmó.
"Es que ese caballero es tan cambiante como el sol. Un día nublado, oscuro, con sol, medio nublado. Cambia de acuerdo con el ambiente. Pero a veces cambia profundamente, porque todo lo que hizo antes de 1973 lo rechazó después", criticó.
"A mí me dijo un día: 'Yo habría sido socialista'. '¿Y por qué no lo fue?', le dije. Porque le convenía más ser demócrata cristiano... No quiero ni acordarme de él. El señor Aylwin me desagrada".
No tengo preocupaciones
En la entrevista a El Mercurio, en la época que ya había cambiado el uniforme de militar por el traje de senador vitalicio, Pinochet, que durante su régimen explicitó reiteradamente su desprecio por los políticos, dijo sentirse cómodo entre ellos y en su función de senador.
"Para mí ha sido una buena enseñanza.. La gente que veo es agradable. No distingo adversarios... A todos los veo como funcionarios o personas dedicadas a buscar la forma de cómo levantar el estándar de este país", afirmó.
Comprendo a los senadores que se sobrepasan conmigo
"Creo que hay (en el Senado) mayor madurez y las cosas se estudian bien (...) No he intervenido mucho, porque no me siento todavía capacitado para hacerlo", dijo.
Incluso, manifestó su "comprensión" hacia los senadores que el día en que asumió el cargo lo repudiaron y levantaron pancartas con fotos de detenidos desaparecidos.
"Comprendo que tenían molestia conmigo, pero no ha significado nada para mí", y agregó que esos senadores "a veces se sobrepasan conmigo, en algunos dichos, pero los comprendo".
"La gente a veces no es capaz de dominar su manera de ser. Pero yo no tengo ningún problema", concluyó Pinochet, que en esa etapa de su vida también sostuvo que "no puede haber gobernantes que no tengan límites" y aseguró que "siempre he sido un demócrata". (EFE)