Un paseo por el Melbourne Park, buscando a Federer Si la lluvia lo permite
Aprovechando que los partidos están más raleados, por el hecho de haber avanzado cuatro rondas hay tiempo para conocer el Melbourne Park. Y donde todos esperan ver a sus estrellas y saber como es el mismísimo Roger Feder, ya que se puede ver sin dificultad su práctica Eso si la lluvia lo permite.
Por José Arnaldo Pérez, enviado especial al Abierto de Australia
Cuando ya se cumplió la primera semana de partidos en el abierto de Australia y donde sólo restan once partidos por jugarse en los varones, de aquí al término del torneo, existe algo de tiempo para conocer el Parque de Melbourne (Melbourne Park en rigor inglés).
De partida llegar al parque presenta cuatro llamadas visuales muy claras. La primera son los edificios y rascacielos del centro de la ciudad, que se ven a mano derecha del complejo tenístico.
Por la otra mano, izquierda, se ve imponente el Melbourne Criket Ground, un estadio colosal para casi cien mil personas y que llena de emoción verlo ya que allí jugó Chile en los Juegos Olímpicos del 2000; que si bien su sede era Sydney se sabe que en el balompié hay otras ciudades como anfitrionas. Inolvidables los goles de Zamorano y Navia, que después dieron una presea de bronce a la enseña tricolor.
La tercera cosa que llama la vista es la red de trenes y tranvías que pasan al lado del recinto. Y la última que atrae la mirada es obviamente el magno complejo. Con dos estadios monumentales, otras tres canchas de cemento estilo cilindro y varias edificaciones que lo completan.
![]() Otra panorámica del Melborune Park (Foto: José Arnaldo Pérez) |
Otros caminos son una suerte de galería de bustos, la cual nos da el detalle de las más grandes leyendas del tenis australiano. Hasta llegar a un punto medio, y donde el "Laver" se ve aun más grande, donde existe un poste con la señalética que apunta a todas las probables direcciones donde uno quisiera dirigirse.
Hacia los accesos de camarines por el costado izquierdo hay un enorme edificio que se emplea en la logística, mientras en los interiores están las salas de prensa, la de jugadores, árbitros e innumeras oficinas. ¿Sanitarios? obvio que sí.
Por la parte superior del "Laver" un puente peatonal puede llevar directamente al Vodafone Arena. El otro monumento hecho al tenis. También por sobre diez mil personas, que por igual posee un techo corredera para las lluvias o excesos de altas temperaturas.
En estos trayectos está lleno de tiendas de las más diversas marcas de raquetas de tenis, las cuales pueden ser adquiridas de acuerdo al gusto de cada aficionado a esta disciplina de saque y volea.
Además está la tienda oficial que oferta de todo lo relacionado con el torneo. Corbatas, bolsos, llaveros, gorros y poleras o camisetas. Si quiere hacerse una idea, le contamos que por Internet se dice que una camiseta normal sin más cosa que el logo cuesta 22 dólares (casi 11 mil 500 pesos chilenos), más aún no es de un algodón extraordinario. Pero la sorpresa es grande cuando acá en las tiendas en vez de ser más conveniente es más costosa: 34,95 dólares australianos (casi 30 dólares estadounidenses, o 15 mil pesos chilenos).
Es común ver en medio de la marea humana un enjambre de banderas y colores de los más diversos países. Incluso un local se especializa en gorros de cada una de estas nacionalidades. El de Chile, por cierto que está presente.
Los policías siempre sonrientes se toman su descanso y charlan. La seguridad se vio reforzada luego del comentado choque de barras serbias y croatas. Esa función es la de la policía. Vigilar pero que nadie se percate de su presencia, salvo, como ya está dicho se dan unos pequeños minutos para dialogar entre sí y es allí donde se ven.
En los interiores hay doce canchas a la derecha del "Laver", y otras siete a la izquierda por delante del Vodafone. En ellas se puede ver libremente partidos y prácticas. Lo de libremente es un decir, ya que hay que pagar entrada, lógico, donde el denominado pase general cuesta 29 dólares australianos, unos 12 mil quinientos pesos chilenos, que da derecho a todo, salvo a entrar directamente al "Laver", para ello se necesita hacer filas siempre y cuando sobren espacios que hayan dejado los espectadores de sectores preferenciales.
En oportunidades las prácticas de jugadores como Nadal o Sharapova son más concurridas que otros encuentros oficiales de canchas interiores. Incluso la gente obtiene la información de cuál es el horario en que entrenarán sus favoritos. Así no resulta menor percatarse que cinco para las cinco de la tarde del domingo unas 200 personas ya esperan en la cancha 16. El motivo, allí tendrá su práctica Roger Federer.
Los periodistas, gráficos y camarógrafos quieren imágenes de él. Pero el cielo juega una caprichosa mala pasada y deja caer la lluvia una vez más. Todos arrancan a guarecerse bajo un techo. La cancha, en tanto, rápidamente se moja. Y los concurrentes se preguntan ¿cómo será Federer? No hacen alusión, sino a su forma de ser Pues Cooperativa se los cuenta.
Por los pasillos reina la calma y cordialidad entre los jugadores, todos transitan y sólo se sabe cuando pasa Andy Roddick ya que el séquito del gringo se hace notar, casi tanto como la altivez y arrogancia de uno de los mejores del circuito uno de los candidatos a ser el campeón-. Repentinamente se ve una figura esbelta, un caminar calmo, pero a la vez seguro, una sonrisa de humildad, su bolso blanco y rojo repleto de raquetas a la espalda.
Es él, es Roger, pasa en silencio. Se detiene y estrecha la mano de todos los que se lo solicitan. Siempre humilde y calmo. Sin guardias. Destella un aura casi mística, propia de maestros de artes marciales orientales. Es respetado, pero el responde sin dotes de divo, sino de uno más. Y eso cautiva, hace de él un grande.
Para los especialistas quizás el mayor (a todo esto en esta jornada gano a un emergente y talentoso Novak Djokovic por 6-2 7-5 y 6-3 sin grandes complicaciones), que no se enloquece en su grandeza, sino que sólo asume con sencillez. Pasa, y una estela de un ser especial queda. Aunque él se comporta como uno más. ¡Salud por ti maestro! ¡Salud por aquellos que bajo la lluvia no pudieron verlo!. (Cooperativa.cl)
