Película que une a Cervantes y Shakespeare fue estrenada en España

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Autor: Cooperativa.cl

La cinta narra de manera cómica la manera en que estos dos clásicos de la literatura occidental se pudieron haber juntado en alguna época de su vida.

En España se estreno el pasado sábado la coproducción hispano-británica "Miguel y William" que une en una disparatada comedia a dos personajes que vivieron en la misma época, Cervantes y Shakespeare.

 

La guionista y directora Inés París, coautora de títulos tan audaces del cine español como "Semen, una historia de amor" y "A mi madre le gustan las mujeres", imaginó una respuesta a uno de los misterios que biógrafos, estudiosos de la literatura e investigadores de biblioteca no han conseguido desvelar hasta ahora: la desaparición de la vida londinense de William Shakespeare.

 

París sitúa al errante autor de "Romeo y Julieta", interpretado por el joven actor británico Will Kemp ("Van Hesling"), en la Castilla de finales del siglo XVI, a donde ha viajado en búsqueda de una joven española, "Leonor de Vibero" (Elena Anaya), de quien se enamoró en Inglaterra y que se ha comprometido en matrimonio con un viejo noble, viudo y celoso, el duque de "Obando" (Josep Maria Pou).

 

En el castillo de los Obando discurrirá esta historieta romántica en la que "Shakespeare" conocerá a un colega español en horas bajas, de oficio recaudador de impuestos y afligido por el fracaso de su obra "La Galatea".

 

"Cervantes" (Juan Luis Galiardo) y "Shakespeare", animados por su musa común, "Leonor", escribirán una obra a dos manos en honor a su amada y, aunque rivales en el amor y presos de los celos, deberán superarlos para unir fuerzas y salvar a la joven de las garras de la opresora familia Obando.

 

Con toques de comedia hispana de enredo y trazos de humor grueso, entre gorrinos, inquisidores y decadentes cortesanos castellanos, Inés París dibuja a sus dos personajes con una humanidad tan desmitificadora.

 

Y es que "Miguel y William" muestra, según explicó la directora en su estreno, "lo que hay detrás de los genios: hombres con debilidades, errores y deseos".

 

Inés París se propuso hacer una película "muy europea, no realista, un viaje como de ficción en el que los protagonistas aterrizan en el siglo XVI". Para ello, tuvo que rodar en escenarios naturales e históricos de Castilla-La Mancha, con molinos de viento incluidos, así como en el castillo de Loarre, en Aragón, donde discurre buena parte de la aventura. (EFE)