Ministerio del Interior italiano aclaró que policía murió a causa de un golpe
Giuliano Amato informó que el inspector Filippo Raciti falleció tras ser impactado en la zona abdominal con un objeto contundente y no por una carta bomba o un proyectil en los incidentes entre Catania y Palermo.
La muerte del inspector Filippo Raciti la noche del viernes 2 de febrero en los incidentes con motivo del clásico siciliano entre Catania y Palermo se debió a un fuerte golpe recibido en el abdomen, que le causó un trauma en la zona y le rompió el hígado.
Así lo expuso este martes el ministro del Interior italiano, Giuliano Amato, en su comparecencia informativa ante el Parlamento para explicar los graves incidentes acontecidos en Catania, que tienen actualmente suspendida la disputa del calcio.
Según Amato, el trauma abdominal se originó luego que el inspector recibiera un "golpe contundente", aunque no se sabe aún "la dinámica del incidente" ni el objeto exacto con el que fue impactado durante los enfrentamientos de la policía con los seguidores de Catania.
"Quizás pudo ser con una barra o una maza, pero tras recibirlo continuó trabajando hasta que fue alcanzado por el estallido de uno de los objetos (carta-bomba) lanzado por los ultras", aclaró el ministro del Interior.
Hasta ahora sólo se sabía que Filippo Raciti había sido alcanzado por la explosión de una carta-bomba, pero no estaba claro si eso era la causa de su muerte tras los serios incidentes que tienen paralizado al fútbol italiano, y que motivaron que hasta el Papa Benedicto XVI alzara la voz para condenar la violencia.
Durante su comparecencia, Giuliano Amato hizo su "mea culpa" al afirmar que también él falló "al firmar el pasado diciembre el procedimiento que autorizaba aplazamientos" para que los estadios se acogiesen a la Ley Pisanu, de seguridad en los partidos, y aseguró que "a partir de ahora, el público no podrá más entrar en las instalaciones que no cumplan las normativas".
El titular también adelantó que "muchos clubes demuestran no tener intención alguna de adecuarse a la norma", y apuntó que la autoridad deberá "resistir las presiones que llegarán del mundo del fútbol".
Para confirmar sus palabras, puso como ejemplo que algunos clubes "han solicitado ver homologada la capacidad de su estadio en 9.999 localidades, para así no verse en la obligación de atenerse a la Ley Pisanu sobre la seguridad en recintos con capacidad superior a los 10.000 asientos".
"Del mundo del fútbol nos vendrá una presión para que el espectáculo continúe, porque los ingresos del Estado y de los clubes dependen de la actividad, pero nosotros tenemos el deber hacia las fuerzas del orden y los ciudadanos de resistir. La serenidad de las familias italianas y el valor de la vida valen más que los intereses económicos que pretenden que el espectáculo siga. Estamos ante una ocasión para cambiar, que no hay que desperdiciarla", sentenció. (EFE)