Hillary Clinton y Barack Obama consolidaron sus opciones presidenciales
Los dos senadores fueron bien evaluados por analistas tras el debate del Partido Demócrata realizado en Las Vegas, y en el que la ex primera dama se defendió de diversos ataques.
Los senadores demócratas Hillary Clinton y Barack Obama lograron revalidar sus cartas como las principales opciones del partido de cara a la elección presidencial de Estados Unidos, en 2008, luego del debate que reunió a los siete aspirantes a la nominación de la colectividad.
En la jornada, organizada por la cadena CNN en Las Vegas, la ex primera dama se defendió a brazo partido de las críticas de sus rivales por su candidatura y acusó a dos de ellos de "lanzarle barro".
La senadora por Nueva York, quien encabeza las encuestas entre los aspirantes de su partido, dijo que "el pueblo de Estados Unidos conoce mi posición" y que acepta las críticas "pero no es justo que me lancen barro".
"Cuando alguien lanza barro, lo menos que se puede esperar es que sean precisos y que no estén leyendo el libro (de instrucciones) de los republicanos", indicó.
Sus dos principales rivales, los senadores Barack Obama y John Edwards, insistieron en que la esposa de Bill Clinton ha cambiado con frecuencia de posición frente a temas de actualidad, como la seguridad social, las licencias de conducir para inmigrantes ilegales y la guerra en Irak.
"No ha dado respuestas directas a preguntas directas. Necesitamos un tipo diferente de dirección en este país", dijo Obama.
Edwards, quien negó una animosidad personal contra la senadora, acusó a Clinton de votar con el gobierno del presidente George W. Bush, a favor de la guerra en Irak y de "defender un sistema que no funciona".
Al comenzar el debate, Clinton reiteró que llevará a la Casa Blanca su experiencia y su liderazgo y asumió la ofensiva al acusar a Obama de proponer un sistema de sanidad social que excluye a 15 millones de estadounidenses.
También descartó la idea de que el hecho de ser mujer sea un impedimento para cumplir una buena labor en la Casa Blanca.
El agresivo intercambio de acusaciones y denuncias fue criticado por los otros cuatro pre candidatos demócratas que, inicialmente, se vieron excluidos de intervenir en el debate.
El gobernador del estado de Nuevo México, Bill Richardson, resumió su actitud cuando rogó que "no nos enlodemos".
"En vez de pelear hay que unir al partido en busca del mejor candidato", agregó por su parte el senador Christopher Dodd, quien -como el senador Joe Biden y el congresista Dennis Kucinich- se vieron opacados por la pugna entre Clinton, Obama y Edwards. (EFE)