El Metro ya no era lo mismo
El Metro de Santiago, que hasta ese entonces era el preferido por los usuarios debido a su rapidez, seguridad y comodidad, tuvo que enfrentar algunos de los mayores inconvenientes.
Con el regreso de las vacaciones de muchos capitalinos y la vuelta a clases de los estudiantes, las estaciones de servicios vieron duplicadas sus demandas diarias, que superaron incluso los 2,4 millones de pasajeros por día.
En tanto, la densidad de pasajeros por metro cuadrado fue compartida por hasta seis pasajeros, alcanzando los niveles de congestión del metro de Tokio, uno de los más complejos del mundo.
La empresa adoptó medidas de contingencia y dispuso en cada una de sus estaciones a trabajadores que con un letrero "Pare" intentaron frenar el ingreso de personas a el servicio, asegurando así que dentro de la estación no se produjeran alteraciones significativas.
Asimismo, se aumentó la cantidad de guardias, algunos de los cuales estaban encargados de vigilar la bajada y subida de las personas a los trenes y se dispuso que los usuarios caminaran por el lado derecho de los andenes y escaleras. En las estaciones de mayor demanda se inyectaron trenes vacíos para transportar a los pasajeros.
Sin embargo, la muerte de dos personas dentro de las dependencias de la empresa de ferrocarril urbano, una que sufrió de un infarto al miocardio y otra que falleció a causa de un derrame cerebral, puso en alerta a la población y autoridades sobre el estado de hacinamiento que vivían los pasajeros dentro de los vagones.
Incluso el Colegio Médico recomendó a los usuarios mayores de edad y con alteraciones de salud a no usar el servicio.
A ello se sumó también el reclamo de las mujeres que preferían el servicio, quienes alegaban que dentro del ferrocarril eran víctimas de "toqueteos" por parte de algunos hombres, haciendo decaer la imagen de seguridad brindada por la empresa.
Para aliviar la demanda de usuarios, Metro instauró el recorrido de unos buses por las calles de la ciudad que realizarían un trayecto similar a las que hacía la empresa de ferrocarriles, estos fueron los denominados "clones", los que sólo se detendrían junto a las estaciones de servicio. (Cooperativa.cl)