En el cierre, Wisin, Yandel y Buddy fueron el trío de la historia
Ante un delirio de similares características, el reggaetón de "Los extraterrestres" fue más honesto sonoramente que el sobreproducido espectáculo de Chayanne.
Por J. Raúl Martínez, enviado especial a Viña del Mar
Sí, es un ídolo latino. Sí, sus temas desde hace dos décadas son parte relevante del cancionero romántico.
Sin embargo, eso no exime a Chayanne de la crítica, porque tener un público rendido a sus pies no es excusa para repetir una y otra vez una fórmula en que la música no es el centro y que aspira a ser un show tipo para Estados Unidos, donde el baile es protagonista, así como el uso de pistas grabadas.
Efectivamente el boricua cantó, pero principalmente sus temas más lentos, porque cuando lidera a su cuerpo de bailarines la diferencia es notoria, aunque eso no le importe a sus seguidoras y el artista la justifique como algo "necesario" en los conciertos actuales.
Sí, fue una presentación sólida, completa, que repasó sus mejores éxitos -desde la energética "Fiesta en América" a la romántica "Tiempo de vals"- y que sobretodo dejó satisfechas a las mayoritariamente mujeres que lo siguen.
En eso, Elmer Figueroa -su verdadero nombre- fue un número descollante en Viña 2008. Sólo en eso.
Frente a esta pulcritud, lo de Wisin & Yandel suena fresco, aunque su rima sea más mucho más básica que la de Calle 13 y apele directamente al más sexual de los reggaetones, parte del juego visceral de la música en la Quinta.
En la noche puertorriqueña, "Los Extraterrestres" incluso mostraron mejores cartas que Don Omar en 2006, y se ubicaron como los reales aspirantes al trono que hasta hoy ostenta Daddy Yankee.
Desde "Ahora es", pasando por "Mírala bien", "Noche de sexo", "El teléfono" o la cadenciosa "Sexy movimiento", los otros boricuas de la noche cautivaron a todos en la Quinta, sin distinción de "tribu", aunque claramente la fanaticada dura estaba en lo alto del anfiteatro.
Juan Luis Morera y Llandel Veguilla también apuestan por la música en vivo, con una banda latina al cien por ciento.
Don Buddy Richard
En el intermedio de los dos "números fuertes" apareció un caballero; y además una leyenda de la música chilena.
Es que Buddy Richard también aportó esa cuota de honestidad que se agradece en un espectáculo en vivo, al menos para quienes lo musical está por sobre todas las cosas.
Con 40 años de carrera, que se notan en su voz, "La balada de la tristeza", "Mentira" o "Tu cariño se me va" resultan esenciales en el cancionero popular chileno con sabor a rock and roll.
Antorchas y Gaviota de Plata, justo reconocimiento para la trayectoria de Ricardo Toro, pero también para una presentación de aquellas que se merecen más, de esas que sería un placer tener en un cuidado disco de vinilo, para escuchar con el volumen a full y sentir lo que otros no pueden lograr el auténtico sonido en vivo. (Cooperativa.cl)