Iron Maiden tuvo una presentación brillante y pulcra
El cuarto paso por Chile de la banda más famosa del heavy metal sonó bien, dejó más que contentos a sus fanático e incluso fue "óptimo" para la policía.
Por J. Raúl Martínez
Nada de lo que hace Iron Maiden es espontáneo o revolucionario en términos musicales, pero incluso así logra transmitir emociones al por mayor y causar efervescencia en sus millones de seguidores alrededor del mundo.
Y la banda de heavy metal británica lo probó con creces la noche del domingo en el Estadio de Atletismo "Mario Recordón", en la más célebre de sus ya cuatro presentaciones en Santiago.
Ahora el concierto tenía todo, absolutamente todo, lo que un seguidor histórico del ahora sexteto podría pedir: Formación clásica recargada, excelente sonido y una gira que promociona la reedición de un disco en vivo célebre por ya más de dos décadas, "Live After Death" (1985).
Para los de más edad, el sueño adolescente cumplido, para los menores -que no eran pocos- la sensación incomparable de ver a Maiden en vivo, aunque las canciones se repitan lustro tras lustro.
"Sabemos que pagaron mucho", exclama el cantante, Bruce Dickinson, ante la multitud, porque Iron Maiden (Londres, 1975) sabe que varios miles se quedaron sin una entrada por no tener el dinero -20.000 pesos- y otros cuando lograron reunirlo se encontraron con un triste sold out.
Desde el discurso de Winston Churchill que abre la excelente "Aces High" hasta el último acorde de "Hallowed Be Thy Name" todos acompañan a la "doncella de hierro" en cada movimiento, cada estrofa, son al menos 25.000 fieles que conocen en detalle a su fetiche.
Pasan y pasan clásicos, "Revelations", "Wasted Years", "Rime of the Ancient Mariner", "Iron Maiden" o "The Trooper", y la respuesta no decae, todo fluye, incluso cuando tras una hora 50 minutos de concierto los ingleses salen de escena. Nadie esperaría un bis sorpresa, y aún así todo es brillante.
Incluso la pulcritud se trasladó al entorno del Estadio Nacional, pues a pesar de que varias decenas de jóvenes sin entrada -agotadas hace semanas- recorrían los alrededores con la intención de tener un día de suerte, a la hora del balance el comandante de Carabineros Mauro Victoriano fue enfático: "Optimo".
La única nota disonante la pusieron aquellos que llegaron más que algo bebidos al recinto, pues cerca de un centenar de personas fueron atendidas por malestares derivados de su estado, además de un par por golpes o caídas. (Cooperativa.cl)