Ex rey Gyanendra dejó su palacio y prometió trabajar por los nepalíes
El último monarca del país de los Himalayas salió de su hasta ahora residencia oficial en el último día del plazo que le otorgó la naciente república.
El ex monarca Gyanendra de Nepal abandonó el Palacio Real de Katmandú, entre cánticos a favor y en contra, y prometió continuar trabajando en el "bienestar" de los nepalíes, 15 días después de la declaración de la república y la abolición de la monarquía en el país del Himalaya.
Según testigos, cientos de personas se arremolinaron en las cercanías del Palacio de Narayanhiti para despedir al ex rey, la mayoría de ellos cantando eslóganes en su contra, aunque un grupo reducido de seguidores lo aclamó.
Tras la proclamación de la República de Nepal el pasado 28 de mayo, que puso fin a 240 años de monarquía, el Gobierno interino dio un plazo de 15 días al ex monarca para que dejara su palacio, un plazo que se cumplía este miércoles.
La despedida del rey
Antes, Gyanendra aseguró haber "luchado por la independencia de Nepal" y añadió su deseo de "trabajar para el beneficio" del país del Himalaya.
Gyanendra también se defendió de las "insinuaciones" contra su figura, en alusión a la masacre real de junio de 2001, cuando su hermano mayor y entonces rey, Birendra, murió junto a ocho miembros de la familia en el palacio.
Según la versión oficial, el autor del regicidio fue el príncipe heredero, Dipendra, quien se suicidó después de matarlos, aunque en Nepal muchos siguen creyendo que fue el propio Gyanendra quien planeó el crimen, ya que poco después accedió al trono.
El Gobierno interino acordó ceder a Gyanendra como residencia el que ha sido hasta ahora su palacio de verano, el de Nagarjuna, situado en lo alto de una colina en las afueras de Katmandú; mientras que el Palacio de Narayanhiti se convertirá en un museo.
La Cámara nepalí celebró esta jornada su tercera sesión, aunque los principales partidos del país no llegaron a ningún nuevo acuerdo.
Los comicios del pasado mes de abril culminaron un proceso de paz abierto en 2006, tras 10 años de guerra entre el Gobierno y la guerrilla maoísta, que luego se impuso en las elecciones, aunque aún no puede formar un Ejecutivo. (EFE)