Sri Lanka limitó las operaciones de combate al rescate de civiles
El Gobierno ordenó el fin al uso de armas y aviación contra la guerrilla Tamil.
Los operativos estarán centrados a la liberación de rehenes.
El Gobierno de Sri Lanka anunció que su Ejército concluyó "las operaciones de combate" contra la guerrilla tamil y ordenó a las tropas que pongan fin al uso de armas pesadas y la aviación, que hasta hoy no ha admitido estar empleando.
"El Gobierno de Sri Lanka ha decidido que las operaciones de combate han alcanzado su conclusión", aseguró el Ejecutivo ceilanés en un comunicado.
"Nuestras fuerzas de seguridad han recibido órdenes para poner fin al uso de armas de calibre grueso, aviación de combate y armas aéreas, que podrían causar bajas civiles", añadió el Ejecutivo, que la semana pasada negó tajantemente estar empleando armamento pesado en su ofensiva final contra la guerrilla.
Según cálculos de la ONU distribuidos oficiosamente, unos dos mil civiles han muerto la semana pasada en la ofensiva militar contra el reducto de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) en el distrito norteño de Mullaitivu.
En su ataque, el Ejército dijo haber "rescatado" a más de cien mil civiles de la zona, en la que se vieron atrapados junto a cientos de guerrilleros que les impedían abandonarla.
Según el comunicado del Gobierno, las tropas limitarán en adelante su actividad al rescate de civiles mantenidos como "rehenes" por el LTTE y darán prioridad a salvarlos.
Un portavoz militar aclaró que el Ejército continuará con sus operaciones en la zona, aunque desde este momento estarán centradas en el rescate de los civiles.
"El LTTE está confinado en una pequeña área. Lo que el Gobierno quiere decir (con su anuncio) es que los combates se limitarán al rescate de esas personas", dijo el portavoz Udaya Nanayakkara.
El Ejército lanzó hace una semana una cruenta ofensiva durante la cual han pasado a sus manos más de 111.000 civiles, recluidos ahora en campos para desplazados, y el Gobierno calcula que en las áreas guerrilleras hay todavía entre 15.000 y 20.000 personas, cifra que la ONU eleva a 50.000.