Benedicto XVI visitó el Santo Sepulcro antes de abandonar Tierra Santa
Durante cinco días el Pontífice compartió con judíos y musulmanes.
Fue su primera visita a Israel y territorios palestinos.
El Papa Benedicto XVI concluyó este viernes su peregrinación por Tierra Santa haciendo a un lado los asuntos controversiales que lo han perseguido esta semana, para realizar una peregrinación al sitio donde Jesús fue crucificado.
Una escolta tradicional de hombres ataviados en túnicas negras y tocados rojos acompañó al Pontífice, que caminó solemnemente hasta la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, donde golpeaban con palos el suelo para anunciar su cercanía.
Benedicto XVI se arrodilló y besó la piedra rectangular donde se cree que fue colocado el cadáver de Jesucristo después de su crucifixión, según la tradición cristiana.
Posteriormente, entró a la estructura ubicada al interior del templo que marca el lugar donde estuvo la tumba de Jesús y ahí se hincó a orar solo durante varios minutos, con las manos entrelazadas en actitud de oración mientras algunos sacerdotes oraban cerca.
Miles de soldados y policías fueron desplegados alrededor de la Ciudad Vieja de Jerusalén para la visita papal al antiguo templo, cuya tradición señala el lugar donde Jesús fue crucificado, sepultado y de donde resucitó de entre los muertos.
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| Durante su visita realizó una misa ante 50.000 fieles. |
Término de misión
El Papa se irá de Tierra Santa tras haber cumplido con su misión de entrar en contacto con judíos y musulmanes, pero algunos le han dado a esta visita de cinco días análisis mixtos.
Al hacer su primera visita a Israel y a los territorios palestinos como Sumo Pontífice, el Papa abordó temas como el Holocausto, la política entre israelíes y palestinos, y la disminución de fieles cristianos en la región.
Durante su visita, el Papa encabezó una misa ante 50.000 fieles que atestaron Nazaret, en un esfuerzo encaminado a fortalecer a la feligresía que disminuye día a día. El Papa también se quitó los zapatos para entrar al tercer templo más sagrado del Islam y siguió la costumbre judía de dejar una nota con una oración de paz en las grietas del Muro de Los Lamentos.
