Dos personas fueron abatidas por la policía china en la capital uigur
Según cifras oficiales, los enfrentamientos en Xinjiang han ocasionado 184 muertos.
La policía prohibió los gritos, las consignas, los carteles y los folletos.
Dos personas murieron y una resultó herida por disparos de la policía este lunes en Urumqi, capital de la región de Xinjiang y escenario hace ocho días de enfrentamientos étnicos que han causado 184 muertos y más de 1.600 heridos, informó la agencia oficial Xinhua.
De acuerdo con el gobierno de la región autónoma uigur de Xinjiang, la policía abatió a las tres personas "en un intento por evitar que atacaran a una cuarta", sin que se conozca por el momento si el incidente está relacionado con los incidentes del 5 de julio.
Con anterioridad se prohibió que los habitantes "griten consignas, cuelguen carteles o repartan folletos" y les ha advertido de que confiscará todo cuchillo o bastón que se vea en las calles.
La orden también exige a todos los ciudadanos que lleven su documento de identidad por si éste es pedido por puestos de control de la policía, advirtiendo que cualquier persona que no lo tenga podrá ser detenida para su posterior interrogatorio.
Las medidas se dictan "para prevenir que un pequeño número de criminales que protagonizaron los disturbios, y que siguen en libertad, busquen venganza", así como para "proteger la seguridad de los ciudadanos y sus propiedades", destacó el Buró.
Las medidas, unidas a los cortes de Internet y algunas comunicaciones telefónicas que continúan en Urumqi, muestran que la situación sigue siendo tensa, pese a la relativa vuelta a la normalidad en la ciudad, con menor presencia de paramilitares y más comercios abiertos que en la semana anterior.
El gobierno chino continúa en alerta a raíz de los violentos incidentes del 5 de julio y días posteriores, en los que enfrentamientos entre uigures musulmanes y chinos de la etnia mayoritaria han se saldaron con 184 muertos y más de 1.600 heridos, según las cifras oficiales.
El presidente regional de Xinjiang, Nur Bekri, señaló el domingo en un discurso televisado que 74 heridos siguen muy graves y su vida corre peligro y que otros 900 continúan hospitalizados.